“Platicando con mi esposo poco antes de fallecer acordamos que no me quedaría callada, que alzaría la voz para que a ninguno de nuestros compañeros le pase lo mismo; será difícil, pero al menos lo estamos intentando”, palabras de Lourdes, enfermera y hoy viuda de Juan Pablo, enfermero también del Hospital Infantil en Ciudad Juárez.
Aunque Lourdes perdió a su esposo a causa de la leucemia, lo cierto es que fue el ISSSTE quien los dejó a su suerte, sin oncólogo, tratamiento y medicinas, a pesar de que en esta enfermedad la detección y el tratamiento oportuno son indispensables para la supervivencia del paciente.
Pese a ser ambos trabajadores del sector salud en Ciudad Juárez y, por ende, ser derechohabientes del ISSSTE, sufrieron lo que hoy en día sucede en nuestro país en el sector salud, que está lejísimos de ser el de Dinamarca o lo que mandata la Constitución, que es que todos los mexicanos deben tener acceso a un servicio digno de salud, con medicamentos, tratamientos y especialistas.
Así pues, como derechohabientes del ISSSTE, buscaron, obvio, primero en su clínica que Juan Pablo empezara a tratarse contra la leucemia, pero la respuesta que recibieron no es la que uno espera y menos tras saber que tiene cáncer:
“Tenemos malas noticias, el tratamiento no lo tenemos aquí, no lo hay. Lo que te podemos ofrecer es que te vayas a Monterrey. Aquí no hay, si te quedas acá es retrasar tu tratamiento”, recordó Lourdes las palabras que le dijeron a su esposo.
Así de fuerte y así de cruda la realidad para Juan Pablo y Lourdes.
“Somos enfermeros, nos descuentan cada quincena y cuando necesitamos el servicio, la atención nos la niegan. El ISSSTE nos dice ‘no hay nada, búsquenle por otro lado’”.
A Juan Pablo le detectaron leucemia en agosto del año pasado, después de que comenzó a sentirse mal y tuvo que acudir al sector privado para realizarse estudios, pues en el ISSSTE no le daban cita.
“Es una enfermedad que requiere de medicamentos muy caros, fuimos al ISSSTE, seguimos el protocolo, sacamos la cita y se la dieron en dos meses, pero cuando le dieron la cita para que fuera con el especialista, un oncólogo, nos dijeron que el ISSSTE no tiene, que no había, que llevaban muchos meses sin el especialista”.
A falta de un oncólogo en Ciudad Juárez, los mandaron con un hematólogo, quien, además de confirmar el diagnóstico, les explicó una de las tantas realidades del sistema de salud: “No hay tratamientos, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador lo sabe y aun así nada ha cambiado con su administración”.
Pese a que el cáncer es la tercera causa de muerte en México, son a ellos, los pacientes oncológicos (adultos y niños), a quienes más ha olvidado el sector de salud público. “¿Es mucho pedir un servicio médico digno y medicamentos?”, se pregunta una y mil veces Lourdes.
No, se trata de lo justo, Lourdes y Juan Pablo sólo buscaron lo que, como trabajadores, les correspondía, nunca pidieron más.
“El medicamento para la leucemia es muy caro y aparte todo lo que conlleva: medicamentos, plaquetas, todo es muy difícil y no podemos contar con el seguro”, lamentó.
Cuando Lourdes y Juan Pablo supieron que no podían contar con el ISSSTE, buscaron otra manera de que pudiera comenzar con las quimioterapias. Sin embargo, Juan Pablo murió el 19 de diciembre, dejando a su hijo y a Lourdes solos.
“Todos mis compañeros, todos los que trabajan con nosotros en el hospital infantil nos apoyaron, no sólo con cariño, atenciones y llamadas, sino hasta con dinero. A todos ellos, muchas gracias”, me contaba Lourdes entre sollozos.
Su caso, como el de muchos otros mexicanos que han perdido la batalla contra el cáncer, debe ser un precedente de que las cosas no están bien, de que la salud en México tendría que ser un derecho y lo han convertido en un privilegio.
“Yo sé que a lo mejor no van a cambiar las cosas, pero si nos quedamos callados, vamos a seguir igual, no va a pasar nada. Las autoridades deben tener seguros de gastos mayores, por eso no entienden en realidad lo que nosotros como trabajadores tenemos que pasar”.
Cada año se detectan, aproximadamente, 148 mil nuevos casos de cáncer en México y, de acuerdo con Juntos contra el Cáncer, 60% de estos fallecimientos se debe a los diagnósticos tardíos, la segmentación del sistema de salud y, por supuesto, a los pocos medicamentos de última generación con los que se cuentan.
No está por demás dejar en claro que Lourdes me buscó primero por Instagram, tras leer mis publicaciones sobre el ISSSTE y la pésima gestión, por decir lo menos, de Pedro Zenteno, y aunque me ofrecí a apoyarlos de inmediato, no volví a saber de ellos hasta que él tristemente perdió la vida por la falta de apoyo como derechohabiente, y ella no quiso quedarse callada, a pesar de que le costaba mucho trabajo platicar sin que se le cortara la voz.
Finalmente, Lourdes me pidió dejar este mensaje:
“Esto debe cambiar. No podemos seguir así. No hay doctores, ni medicinas, ni tratamientos, ni nada. No busco una remuneración, sólo busco que ninguno de mis compañeros pase por esto. Somos, soy la voz del descontento”.