Sobremesa

Luisa Alcalde entrega en Palacio las tarjetas de los traidores y vendedores de favores

César Cravioto entregó dos tarjetas a la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, con intención de que fueran llevadas a López Obrador, para tenerlo enterado de ciertas cosas.

Las tarjetas de Cravioto.

Aunque pareciera que han pasado años, la realidad es que no ha pasado mucho tiempo desde la reunión plenaria de los senadores de Morena, en el vetusto edificio de la calle de Xicoténcatl, donde encabezados por el chiapaneco Eduardo Ramírez y el vocero de la fracción César Cravioto, observaron cómo se definió en buena manera el curso que han de tomar las cosas en la Cámara alta para los morenos y sus secuaces.

Acomódense bien para seguir leyendo

Y aunque no estén para saberlo, déjenme platicarles que los legisladores presenciaron cómo el vocero César Cravioto blandió como misiles dos tarjetas ante la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, invitada de los morenos -hoy olvídese del café y váyase directo por un fuerte (doble), acompañado de un puño de su botana preferida-.

Fuentes de quienes lo presenciaron cuentan que Cravioto le dijo a la señorita Alcalde que le entregaba dos tarjetas con intención de que fueran llevadas a AMLO, para tenerlo enterado de ciertas cosas. ¡Esto se pone aún mejor, eh!

Redoble de tambores y reflectores como en premier de película

Una de ellas, le explicó Cravioto ante todos, consignaba una lista de senadores que han sido desleales al movimiento de la transformación, y la segunda tarjeta, de acuerdo con la modulación del vocero, era para enterar al presidente López Obrador sobre los 140 nombramientos que tiene pendientes el Senado y que Ricardo Monreal detuvo desde antes de irse de temporada electorera, vamos de corcholata, sustentados por sus incondicionales en la cámara, para convertirse en repartidor de favores que luego pretenderá cobrar entre jueces y magistrados.

Circunspecta, por decirlo muy elegante, como le ha dado en comportarse, la secretaria Alcalde recibió ambas tarjetas de la mano del vocero y, presumiblemente, cumplió con la encomienda de llevar las tarjetas al Palacio Nacional para informar a López Obrador, tanto de los deseos de venta de favores de Monreal como del nombre de senadores que en el camino han dado muestras de extraviar el camino de la 4T en los afanes transformadores.

Independiente del destino que hayan tenido ambas explosivas tarjetas de Cravioto, en el Senado propios y extraños aseguran, cual si fuese cruce del Rubicón, que ya se vive otro ambiente y otra dimensión de poder, con un propósito definitivo -agárrense-: el combate y la disolución del poder omnímodo que ejerció Monreal en el Senado. ¡Así como lo está leyendo!

Hay una historia que lo sustenta

Quienes pudieron verlo y hasta sufrirlo hace cinco años, Monreal operó para apartar a favor de sus intereses todas las posiciones estratégicas del Senado, antes de llegar al papel rector que jugó en la institución.

Como buen expriista, no se le complicó

Bueno, con decirles que hasta logró colocar en la Contraloría a Andrés Lozano, el constructor y responsable de la tragedia del antro News Divine, donde hubo 13 muertos.

Pero hoy en el Senado suenan tiempos de purga

En el Senado tienen claro que, instalado en la necedad, Monreal obligó al presidente AMLO a incluirlo entre las famosas corcholatas. Así pues, y tras quedar en último lugar, hoy es tiempo de pagar lo caro del caldo, con todo y las albóndigas.

Lo dicho, Mi reino por una corcholata

Los ojos de los que ahora tienen el poder real ya se depositaron en monrealistas tan distinguidos como Mauricio Farah, así como la titular de la Unidad de Género, Sulma Campos, quien increíblemente no fue capaz de atender denuncias de una empleada del senador Sergio Pérez Flores, a quien despidió por estar embarazada. ¡Ver para creer! Pero ella lo demandó y ganó.

Además, doña Sulma también volteó la cara para otro lado cuando quisieron notificarla de una violación sexual que, presumiblemente, sucedió en oficinas de la Contraloría del Senado y que fue soslayada como si no hubiese pasado, para no obstaculizar a Andrés Lozano. Feministas de palabra.

En fin, el embate del ciclón tropical antimonrealista pronostica fuertes vientos y tormentas en el Senado.

Ahora bien, ¿su nuevo puesto en la campaña de Sheinbaum servirá como refugio seguro? Veremos.

COLUMNAS ANTERIORES

La FGR acusa con pruebas falsas
Las traiciones del poder en el Club de Industriales

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.