Sobremesa

La SICT apesta a abuso de poder

En la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) se respiran aires de esperanza con el cambio de gobierno.

En la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) de Javier Jiménez Espriú, Jorge Arganis y, actualmente, Jorge Nuño, con el cambio de gobierno se respiran aires de esperanza, pues de los tres secretarios no se hace uno, al darle manga ancha a una estructura de amiguismo, abuso de poder y un dejo de misoginia que se mantiene pulidita y aceitada, nada más ni nada menos, desde la Dirección Ejecutiva de Proyectos. ¡Así como lo están leyendo!

Café doble y una pieza de pan dulce

Trabajadores y extrabajadores, quienes se acercaron a mí pidiendo anonimato por obvias razones, no dudaron en señalar a Martha Vélez, titular de la Oficina de Proyectos de la SICT, por acosar y empujar a cerca de 30 trabajadores para irse de la secretaría.

¿Para qué? Se preguntarán.

Inhale y exhale

Pues para traer a sus cuates reteconsentidos del vecino estado de Puebla, cuyos perfiles dejan mucho qué desear, pero que se ajustan a los parámetros de la 4T, 10 por ciento efectividad y 90 por ciento de lealtad. Con decirles que…

“A la mujer que la ocupaba para que fuera por sus niñas a la escuela ¡le dio su base!”, revelaron con indignación y coraje.

Con un descaro nunca antes visto, Martha les decía a los trabajadores que echaba a la fuerza, a modo de que la comprendieran; que si dejaba sin empleo, que lo hacía porque “tenía que ver por su gente”. ¡Así como lo están leyendo!

Y por ‘su gente’ se refería a jefes de departamento que, sin tener un contrato con la dependencia, ya firmaban documentos oficiales; léase, violando la ley.

No todo lo que brilla es oro

La directora ejecutiva de Proyectos es ingeniera civil con maestría en ingeniería, con especialidad en vías terrestres, y aunque presume sus cartas credenciales, con 20 años de experiencia en el servicio público, incluido el gobierno del expanista y hoy flamante morenista Tony Gali, en Puebla. De lo que no puede presumir es de su relación con el personal, ya que es pésima, y aunque se vende como feminista, de feminista no tiene nada, pero sí de grosera. Baste decir que en las juntas no sólo trata mal a las mujeres, sino que les grita.

¿Se acuerdan de la promesa de AMLO de terminar en su totalidad con el outsourcing en todo el gobierno federal? Pues déjenme decirles que Martha Vélez malabareó para tener trabajadores subcontratados muy bien pagados.

“Ella ha hecho que las empresas a las que les dio contratos durante el sexenio, la mayoría son poblanas, les paguen a esas personas”, me explicaron los trabajadores y extrabajadores.

Como se lo pueden imaginar, dentro de la SICT ‘su gente’ es la consentida, con sueldos de 30 mil pesos en la modalidad de subcontratación, y quienes llegaron para ocupar los puestos de base obtienen los pagos retroactivos con su visto bueno.

Los trabajadores y extrabajadores están enojados e indignados, ya que, a pesar de que todo ha sido reportado al subsecretario, Jesús Felipe Verdugo López, al mismísimo Nuño Lara y hasta en Palacio Nacional, nada cambia.

Martha Vélez se pavonea por las oficinas de la dependencia federal presumiendo que es intocable porque conoce a altos mandos: “En las reuniones, ella manifestaba ser amiga de Jorge Nuño”.

Leído lo anterior, los trabajadores y extrabajadores le hacen un llamado a la presidenta electa, Sheinbaum, para que voltee a ver a la SICT y las cosas cambien a su interior, para que la dependencia vuelva a tener los resultados, con personal calificado, eficiente y profesional, que la caracterizó.

Ajústese el cinturón de seguridad

Les cuento con pena ajena que, cosa rarísima, el sábado debería entrar en funcionamiento el nuevo sistema de seguridad aéreo de Seneam, pero no sucederá, porque Leonardo Alba, Humberto Treviño, Israel Zamora, Miguel Reyes y otros ‘reyes en el cobro de horas extra’, se les pasó integrar a los centros de control de Monterrey, Mazatlán y Mérida. ¡Quihuboles!

Aplauso y brindis para el director general, Vega

Porque su viaje a Europa sí sucedió en tiempo y forma con su superamigo Ricardo Orozco, el encargado de los sistemas.

En un nuevo capítulo de la novela No agua para los chinos…

En la cual intercambian por días Time Ceramics-Menchaca-Grupo Modelo los roles del protagonista, antagonista y el feo.

No lo van creer, pero resulta que hace un año (me lo confirmó el despacho que representa a Grupo Modelo) la cervecera se sentó con el gobierno de Hidalgo para evaluar el proyecto del acueducto privado. Grupo Modelo entregaría sus aguas y éstas irían a parar a las manos de los chinos.

Así, sin escalas y sin anestesia.

El góber Julio Menchaca salió a defender a sus protegidos, y no, no son ni los indígenas ni los pueblos originarios de Apan, sino -redoble de tambores- los chinos, con la cantaleta de que hay intereses económicos detrás de las denuncias a Time Ceramics. ¡Por favor! Interés económico el suyo.

¿De qué habla? Las personas que acudieron a la reunión del lunes 1 de julio a Semarnat, con María Luisa Albores y el director de Conagua, Germán Martínez, eran reales. Ah, me olvidaba de que su secretario, Henkel, no fue y seguro por no eso usted no supo que hasta una carta dirigida al Presidente le entregaron a la secretaria Albores. En la edición electrónica la puede leer completa. Los nombres de los denunciantes están protegidos porque, casualmente, los chinos tienen amenazado al pueblo. Quien denuncie, ya se la sabe. ¡Ver para creer!

Por no dejar, ojalá que los flamantes asesores de Menchaca le informen que, en el censo del INEGI en 2020, tiene identificados 3 mil 364 habitantes en el valle de Apan, pertenecientes a comunidades indígenas y pueblos originarios. Nada de que no son indígenas. Sí son.

¿O qué? ¿Miente el INEGI para afectar a Menchaca?

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