Sólo un vaso con agua
¿Se imaginan un México donde la ley no trabaje, a ninguna hora del día? No estoy hablando de si la justicia es eficiente o no lo es en nuestro país (todos sabemos que la impunidad es de 98 por ciento y en gran medida se debe al mal actuar de las fiscalías), estoy hablando de que la justicia debe ser una opción para cualquier mexicano de a pie, pero también para las víctimas de delitos y abusos, y para las empresas que invierten su dinero y hacen negocio en nuestro país.
Una vida sin jueces independientes es lo que la 4T quiere para México. No habrá ley vigente, porque no habrá nadie que pueda ejercerla, interpretarla, exigirla, defenderla.
Porque sortear por tómbola el cargo de juez, magistrado o ministro, sea mujer u hombre, provocará que lleguen personas que no han hecho del servicio público especializado en la justicia, su vida.
Llegarán mujeres y hombres sin el conocimiento de las leyes, su aplicación y su correcta defensa, pues el requisito de la 4T y su reforma-venganza es de: promedio académico de 8 y cinco cartas de recomendación de vecinos, lo que provocó risas en Harvard. Pero habría que ir un poco más profundo en esa reacción. Da la impresión de que fue una sonrisa de miedo, de incertidumbre, de terror absoluto por el futuro de México, porque Harvard es la escuela de derecho más respetada de Estados Unidos. Algo sabrán.
Inhale y exhale
México está condenado a vivir una vida sin jueces, porque cuando la selección es por tómbola, como si el futuro de los mexicanos fuera una lotería, un juego de azar, los resultados pueden ser iguales al formato: un juego.
Y con la vida de más de 120 millones de mexicanos nadie debería atreverse a jugar.
Llama la atención la sincronía de casualidades
Claudia Sheinbaum, aunque confirmó su asistencia a la Concamin, no llegó. Marcelo Ebrard falta a la reunión con industriales el lunes en Monterrey (ahora se sabe que andaba de vacaciones en Japón) y Altagracia Gómez tampoco llegó. Mientras, la 4T impulsa una reforma que prohíbe que la SCJN pueda declarar inconstitucional cualquier modificación cuatroteísta a la Constitución. El empresariado se pone nervioso; muy. Entonces, el truco de magia es que el ingeniero Slim (el hombre más rico de México) haga la primera visita de cortesía a Palacio Nacional con la Presidenta, de la mano de Paco Cervantes, el presidente del CCE.
La imagen con la que quieren calmar el incendio es la del ingeniero manejando su Mercedes, con Cervantes de copiloto, diciendo que vienen muchas inversiones a México y que el país tiene mucho futuro.
Fuerte doble
La pregunta es: ¿qué pasará cuando el ingeniero Slim no pueda defender sus concesiones porque el gobierno amaneció de mal humor y quiere ‘democratizar’ el internet y prohibir que Telmex o Telcel lo cobre?
Pero también ¿qué pasará cuando choquemos con nuestro coche y la aseguradora (ahora que está de moda con los daños de Acapulco) se niegue a pagarle el daño? ¿O que el responsable del choque no traiga seguro y no podamos demandarlo? ¿O cómo le dirás a una familia que pierde a un familiar por una negligencia de un chofer del transporte público que le provoca la muerte y no se le puede juzgar y, si procediera, castigarlo o exigirle la reparación del daño? ¿O cómo le van a exigir los hijos menores de edad a sus padres o madres la pensión alimenticia que por derecho les corresponde, porque no son capaces de trabajar por sí mismos?
Agárrense, porque esto les toca, ¡eh!
¿O cómo te amparas para que el gobierno no te quiera encarcelar por manifestarte o por defender una causa legítima, como es la justicia y la división de poderes?
Otro fuerte
Eso, eso es una vida sin jueces independientes, en el México que vivimos hoy, a finales de 2024, en la bienvenida del segundo piso de la cuarta transformación.
Sí, una vida sin jueces independientes, que sólo garantiza la carrera judicial y no una elección por voto popular.
Repito, el problema de impunidad, por ejemplo, surge de inicio con las fiscalías, sí, los fiscales elegidos por los gobernadores.
Otro ejemplo de una vida sin jueces independientes sería cuando, frente a una ley evidentemente regresiva, desproporcionada e injusta, como acontece con muchas normas fiscales, no exista un profesional de la judicatura que la declare inconstitucional, con el argumento de ser válida por el simple hecho de que beneficia al Estado para recaudar.
Otro ejemplo: ¿qué pasaría si alguien es despojado de su casa (único patrimonio y que ha conseguido con mucho trabajo, así como esfuerzo)?, ¿a quién solicitaría para que le fuera reivindicado ese bien?
Leído lo anterior, la pregunta a las barras de abogados, a los despachos de abogados, es si en serio esto no les quita el sueño, pues el Estado constitucional de derecho en México se está derrumbando, pues su pilar más fuerte, el de la Judicatura independiente, hoy está en crisis camino a su aniquilación.
Se me ocurre otro ejemplo muy sensible y se los comparto: ¿ante quiénes podrán acudir las personas a las que el Estado les niegue una vacuna o un tratamiento para el cáncer? ¿O aquellas personas adultas mayores que después de entregar su vida y salud en el trabajo, el IMSS les niegue su pensión y sus servicios de salud? ¿O esa mujer embarazada que fue despedida injustificadamente por su estado de gestación? ¿O aquella pareja del mismo sexo que sólo por su orientación sexual ha sido discriminada?
¿Y aquellas personas que fueron víctimas de algún delito y la fiscalía las ha revictimizado constantemente y, por ello, no han logrado obtener justicia?
Pues gracias al segundo piso de la 4T, a nadie, pero también les tengo a ustedes un notición, ustedes por voltear al otro lado y no alzar la voz se convirtieron en ¡cómplices!