Sobremesa

Amor y paz en la Cancillería

Lourdes Mendoza escribe que miembros del equipo de transición de quien será el nuevo canciller tuvieron un encontronazo con el embajador Canchola, representante de los embajadores y cónsules del SEM.

Qué les cuento, que la semana pasada miembros del equipo de transición de quien será el nuevo canciller tuvieron un encontronazo con el embajador Canchola, representante de los embajadores y cónsules del SEM, ¡así como lo está leyendo! Pero no se me asusten, al final, la reunión terminó en encuentro. Me explico: al principio llegaron, cómo decirlo, digamos, muy gallitos porque dicen traer un rezago salarial de 10 años y para tratar de evitar que les bajaran los sueldos y prestaciones.

Luego entonces, uno de los representantes del nuevo gobierno les dijo, palabras más palabras menos, que los mexicanos el 1 de julio habían votado por un cambio de régimen, por lo que las castas divinas terminarían, ya que existen más 50 millones de pobres en el país. Que a tuitazos, facebucazos o mediante notas oficiosas en los medios no iban a ganar nada; léase que, a las vencidas, perderían.

Ahora bien, que en este nuevo esfuerzo presupuestal para gastar de mejor manera en una nueva realidad, en la medida de lo posible los apoyarían, entendiendo que viven fuera del país en contextos diferentes. Ah, la cereza del pastel se dio cuando les dijeron que el rezago salarial no se lo cobraran a Morena, sino al PRI y al PAN.

Que quienes NO se sintieran parte de esta nueva dinámica y quisieran un retiro anticipado o simplemente irse, que adelante. Y como diría mi abuela, los embajadores sacaron la casta y, ¿qué creen?, que el embajador Canchola, en un gesto que refleja su sensibilidad y compromiso social, manifestó TODO el apoyo de los miembros de SEM para López Obrador y al canciller designado, Marcelo Ebrard. "Sabremos estar a la altura de las circunstancias que el país vive", aseveró. "Manifiéstenle al presidente electo nuestro apoyo y disposición". ¡Quihúboles!

Jet Van en San Miguel de Allende

El pasado fin de semana asesinaron al empresario Isaías Gómez, justo en la puerta del Hotel Boutique "De Cantera y Plata", en San Miguel Allende. Este hecho se suma a la ola de violencia desatada en los últimos meses en Guanajuato. Ojo, el panista Diego Sinhue, hoy gobernador del estado, durante toda su campaña NO se cansó de decir que el tema de la inseguridad se debía en más menos un 80 por ciento a que el gobierno de EPN los dejó sin policías federales; y al tema del huachicol, delito que sin cómplices en Pemex NO se puede entender. El lamentable suceso se dio el día de la inauguración del hotel, donde Isaías Gómez estaba acompañado por Cuauhtémoc Velázquez, ligado a la compañía Jet Van, uno de los principales contratistas del actual gobierno. La PGR de Alberto Elías tendría que citarlo para que colabore en la investigación. Sólo por recordar, en 2015 la Contraloría del INE de Lorenzo Córdova investigó a fondo un contrato que le dieron por tres años, mientras que legisladores de Morena denunciaron contratos entregados a la empresa de Velázquez en la Cámara de Diputados. Otro de los afectados de este crimen es el chef Alberto Ituarte, quien inauguraría el restaurante "Miguela" en la misma zona de San Miguel, y en el cual también tendría participación la víctima Isaías Gómez y el accionista de Jet Van.

¿Solución para ProMéxico?

En últimas semanas han salido diversas columnas defendiendo la sobrevivencia de ProMéxico, por sus buenos resultados tangibles y el reconocimiento de marca positivo. Así pues, algunos expertos me dicen que una solución para no desaparecerlo pudiera ser incorporándolo a la SRE (AMEXCID), con lo que las funciones administrativas serían absorbidas por la estructura ya existente de la Cancillería (presupuesto, personal, comunicación social…) y de esta manera se adelgazaría y se harían mucho más eficientes los gastos operativos SIN ELIMINAR la estructura de promoción, que tan buenos resultados e impacto ha generado en beneficio del país. O sea, la parte sustantiva de ProMéxico sería una dirección general dentro de la AMEXCID; en el exterior se enfatizaría aún más el tema de techo único. El personal administrativo, que actualmente tiene las representaciones de ProMéxico, ya no sería necesario, ya que se apoyarían en el personal administrativo existente en cada embajada. Marcelo Ebrard, Paulo Carreño, ¿les suena?

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