Mis tigres… los veo en un año

Hoy les traigo todos los pormenores sociales y una que otra grilla de la convención bancaria en la era de la 4T. AMLO, desde el día uno, les dijo que aceptaba la invitación pero que no la iba a inaugurar sino a clausurar. Así pues, el jueves fue un día totalmente atípico y sin el Estado Mayor Presidencial, que sí se agradece, la verdad sea dicha. De hecho, la inauguración no tuvo salón lleno y se sintió desangelada. El código de vestimenta volvió a ser tema, pues pasamos de los blazers de EPN por aquello del aire acondicionado y que pasaba frío, al casual tropical.

José María Zas lo interpretó con saco mientras que el Chato Arroyo, increíblemente se nos mesuró y, en sus palabras, decidió acudir con el color de la temporada, sí, jacaranda. Adalberto Palma prefirió un look más como representante de Tepoz y durante su presentación dijo, 'saludo a mis viejos amigos y digo viejos porque cuando nos conocíamos, mi color de cabello era negro, no blanco'. El gobernador de Banxico, Alejandro Díaz de León, se aventó un discurso larguísimo y megatécnico y aburrido. El secretario Carlos Urzúa desaprovechó un supermomento, pues en lugar de tirar lazos de unión aclaró que, aunque había decidido irse al puerto en auto no había llegado tarde. Sin embargo, y seguro por una confusión de su personal, estos no le informaron que lo esperaban a las 11:30 am.

El subse Arturo Herrera, por mucho fue quien se llevó el primer día, tanto por lo expuesto en privado con los banqueros como por su elocuente discurso. De hecho, no leyó, sólo traía sus puntos a desarrollar en un cuaderno. Sin embargo, dentro de la 4T volvió a levantar enojos por su declaración sobre que Hacienda transformará el Fondo de Estabilización en fondo contracíclico para ayudar a Pemex; ¡otra vez Arturo anunciando cosas que no están cien por ciento decididas! De hecho, le pregunté y me contestó: "No está decidido, pero es una de las opciones".

El fantasma de Ricardo Monreal se paseó a sus anchas por la Convención pues, aunque no fue, su iniciativa para regular comisiones los traía muy nerviosos y súmele que ningún diputado o senador de Morena lo hizo.

Finalmente, llegó el viernes y Andrés a clausurar el evento, y mejor no pudo salir el numerito. El Presidente llegó feliz y les dijo que respetaría la autonomía de Banxico y les pidió que mediante la competencia bajaran las comisiones y que el próximo año se verían y felicitaría al Banco que menos comisiones cobrara en el envío de remesas. Como dicen, las imágenes hablan más que mil palabras y vean con qué gusto saludó a Carlos Hank. Marcos Martínez la regó cuando dijo que su mejor aliado en el gobierno es Poncho Romo, cuando en verdad es Urzúa y, por supuesto, Herrera.

Luis Niño de Rivera se aventó, por mucho, la mejor presentación de un presidente entrante en años. Fue claro, conciso y ofreció 0 pesos de comisión en operaciones digitales. En entrevista me dijo que "bajo su mandato la ABM será una asociación más propositiva y no reactiva. Que buscará nivelar la cancha para que los bancos pymes compitan con mejores costos vs. los grandes. Que hasta hoy no hay señales de una salida masiva de dinero, que el dólar lo refleja y que las tasas netas siguen siendo muy atractivas. Que lo que haga la 4T en los próximos seis a ocho meses marcará el camino del país. Que los muy negativos estiman un crecimiento del PIB del 0.1% y los muy positivos del 4%".

Quien andaba feliz como pez en el agua y me dijo, 'estoy muy contento con mi nueva chamba', fue el subgobernador Gerardo Esquivel. Rabin Salazar, de Banco del Bienestar, estuvo muy popular al igual que Jorge Mendoza, de Banobras. Entre las ausencias anoté la de Claudio X. González, quien jamás fallaba, y las de de Olegario Vázquez Aldir y Tony Slim. Para los amantes de la grilla les confirmo que sí estuvo presente Santiago Nieto, pero con muy bajo perfil. Y la que reapareció fue Pola Stauss, sí, la de comunicación de Luis Videgaray, sin sus aires de grandeza sino más mortal, con la Fundación Dondé. Otra presencia que sorprendió fue la del Golden Boy, Guillermo Babatz.

El elefante en el cuarto es la falta de certidumbre. Por ello, la inversión, motor de la economía del lado privado, está parada al mínimo indispensable porque están espantados. La pública también está en mínimos históricos, menos del 3 por ciento. Porque el gobierno no tiene dinero y, aunque no es lo deseable, es lo mejor ante el dilema de desafiar las finanzas públicas.