Sobremesa

No podemos predecir el futuro, pero lo podemos construir

Manuel Medina Mora fue un mexicano, un banquero de excelencia que puso el nombre de México en lo más alto, como no lo ha hecho ningún otro banquero mexicano.

Así es como Manuel Medina Mora tituló su autobiografía, la cual escribió motivado por su esposa Paulina –quien nunca le soltó la mano, que nunca resultaron mal, quien fue su mejor amiga, su cómplice, su sonrisa y su vida– para que al crecer sus nietos conocieran más de él. La frase, al reflexionar su vida, asegura, resume muy bien lo vivido, pues nunca hubiera podido imaginarlo o predecirlo, aunque tuvo la oportunidad en cada etapa de construir su futuro, que se fue convirtiendo en su vida.

Manuel Medina Mora fue un mexicano, un banquero de excelencia que puso el nombre de México en lo más alto, como no lo ha hecho ningún otro banquero mexicano.

Déjenme contarles que su abuelo paterno, Francisco Medina Mora, a los 19 años de edad, tras terminar su instrucción de contador, fue contratado por el Banco Nacional de México, dando inicio a la historia de la familia Medina Mora en el banco, misma que se prolongó por casi 110 años.

Su despedida del banco, el lunes 14 de noviembre de 2016, fue con una cena en el Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, oficina matriz de la institución. Como se imaginarán, fue muy emotiva, con grandes ovaciones y reconocimientos y acompañado de su familia, colaboradores y amigos más cercanos.

La plana mayor del banco se sentó a su mesa: Mike Corbat, director general de Citi; Jane Fraser, directora general de Citi Latinoamérica; Ernesto Torres Cantú, director general de Citibanamex y, en aquellos tiempos, los nuevos presidentes de Consejo del Banco y del Grupo, Enrique Castillo y Valentín Diez Morodo.

Con la elegancia que siempre lo caracterizó, Manuel, en su discurso, reconoció que los logros de su carrera se debían al trabajo en equipo. Y déjenme contarles que quien no le regateó elogio alguno fue Corbat, quien hizo una verdadera apología de la trayectoria profesional y de las virtudes personales de Manuel, en la que destacó sus grandes dotes de banquero y su labor como el gran arquitecto de la banca de consumo global de Citi. Así como lo está leyendo.

Y, coincidencias de la vida, Medina Mora, un lunes, en aquellos ayeres –hace 45 años– entró al edificio de Isabe la Católica y Venustiano Carranza "por la puerta más grande del banco", como le gustaba decirles a los altos ejecutivos que se jubilaban. Y justo un lunes fue cuando le tocó salir por esa misma puerta, en medio de un largo y cálido aplauso.

Manuel comenzó como analista de crédito y llegó a la dirección general de uno de los principales bancos de México y a la copresidencia del banco más global del mundo.

¿Cómo mediremos el éxito en nuestras vidas?, se preguntó. Llegó a la conclusión: "lo mediremos a través del impacto que tuvimos en la gente con la que interactuamos."

Leído lo anterior, les cuento que sus amigos Marcos Martínez y Javier Arrigunaga le organizaron en la biblioteca del Club de Banqueros una comida de despedida y TODOS los invitados le escribieron unas palabras...

Alfredo Harp: Cuando yo escribí mi autobiografía en 2003, haciendo analogía sobre el beisbol, expresé lo siguiente acerca de Manuel: "Al adquirir Banamex en 1991, descubrimos también el talento en algunos jugadores, en especial destaca un cuarto bat, Manuel Medina Mora… ha sido un jugador fundamental para nuestro equipo, con su bateo oportuno, en situaciones comprometidas, ayudó a ganar partidos muy cerrados".

Jaime Chico Pardo: Manuel, uno de mis primeros compañeros de trabajo, aún recuerdo el privado que compartíamos en Banamex Internacional, así como nuestra estancia en Londres cuando todavía éramos unos escuincles. Buenas memorias que nos permitieron mantener una gran amistad por largo tiempo entre nosotros y entre nuestras familias.

Marcos Martínez: El ver cómo afrontas esta nueva etapa de tu vida me hace admirarte más. De hecho, está cambiando mi forma de ver la vida.

Javier Arrigunaga: Aprendí mucho de ti y es algo que me acompañará toda la vida.

Roberto Hernández: Seguro que en estos momentos te encuentras antes, algo que tienes que manejar y los estás manejando como un gran señor, tus amigos te lo reconocemos y estoy seguro que tu familia solidariamente te acompañarán y te apoyarán en el proceso.

Sí, no hay duda, Manuel logró el éxito.

Valentín Diez Morodo me contó que Manuel fue su alumno en la Ibero, en la carrera de Administración de Empresas, que luego coincidieron en el sector financiero, cuando llegó a Banamex y que, en todo momento, estuvo convencido de que alcanzaría los objetivos que se trazó en la vida, gracias a su espíritu de trabajo y capacidad, pero especialmente por su gran calidad humana, convirtiéndolo en un ejemplo seguir para futuras generaciones.

Medina Mora deja una huella difícil de igualar y representa toda una época de la banca en México. Descanse en paz.

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