Democracia Eficaz

Los candidatos de Morena

Morena ha definido a 14 de los 15 candidatos a gobernador para las elecciones de este año; resta solamente San Luis Potosí, donde elegirán a una mujer para cumplir con la cuota de género.

Morena ha definido a 14 de los 15 candidatos a gobernador para las elecciones de este año; resta solamente San Luis Potosí, donde elegirán a una mujer para cumplir con la cuota de género. Elaboro cuatro comentarios sobre este proceso.

1. El uso de encuestas para seleccionar candidatos es muy cuestionable. Ciertamente la popularidad es esencial para quien aspira a ganar una elección, pero no puede ser el único criterio para definir quiénes son candidatos y futuros gobernantes.

Popularidad no es sinónimo de profesionalismo o integridad. Hay exfutbolistas o comediantes populares que han sido y serían pésimos gobernantes. En 2018 Morena apoyó la propuesta del Partido Encuentro Social para postular a Cuauhtémoc Blanco como candidato a gobernador en Morelos. Hoy los resultados son muy deficientes y el exfutbolista se encuentra como uno de los gobernadores peor evaluados de todo el país.

Delgado anunció la semana pasada que Félix Salgado Macedonio —denunciado por escándalos de alcohol, fanfarronería y acoso sexual (además del ridículo como actor de cine)— será su candidato en Guerrero. Ciertamente Macedonio es muy popular, pero, ¿ese es el tipo de personas que queremos que gobiernen entidades con tanto atraso y corrupción como Guerrero? ¿Ese es el ejemplo que da Morena de la renovación de los cuadros gobernantes?

Sin embargo, también hay buenos candidatos. En Baja California postularon a Marina del Pilar Ávila, la candidata más popular quien tiene además buena reputación como exalcaldesa de Mexicali. Su popularidad la llevará seguramente a ganar la elección y —ojalá— a conducir un buen gobierno que restablezca las relaciones rotas por el actual gobernador con los diversos sectores de la sociedad de aquella entidad.

2. Falta de transparencia. No se han publicado las supuestas encuestas realizadas para definir candidatos. Varios aspirantes desechados como Cruz Pérez Cuéllar de Chihuahua o Pablo Almicar Sandoval de Guerrero han denunciado simulación. ¿Acaso no deberían publicarse en la página del partido para conocer la forma como fueron realizadas? Ante la falta de información, es razonable afirmar que —como lo hacía el PRI— ahora Morena selecciona con base en el deseo de López Obrador y usa el pretexto de las encuestas para envolver el nuevo 'dedazo' presidencial.

3. Por la biografía de varios candidatos, Morena no representa una verdadera transformación. Por ejemplo, de los 149 aspirantes que se registraron en noviembre para participar en las encuestas de selección, 40 por ciento había sido militante del PRI, del PAN o del PRD. Siendo Morena un partido que ha denunciado el pasado PRIANISTA y neoliberal que ha gobernado México, uno pregunta si acaso no se trata de una misma reedición de la misma clase política que ellos tanto denuestan.

El caso más llamativo es Clara Luz Flores, candidata en Nuevo León, quien apenas hace seis meses era militante del PRI y lo fue durante 21 años. Su esposo, Abel Guerra, ha sido un navegante de la política clientelista de la entidad por varias décadas y es señalado por malos manejos en administraciones pasadas. La biografía del esposo no debería ser relevante salvo porque él se encarga de ser un actor detrás del trono. Hace algún tiempo dijo: "En Escobedo, la gente vota por Clara porque es mi esposa".

El candidato en Sinaloa, Rubén Rocha, es un académico sólido con amplia experiencia de gobierno, pero ha sido acusado de tráfico de influencias y conflicto de intereses; además de trabajar como coordinador de asesores de dos gobernadores del PRI. Nada tiene de malo trabajar con gobernantes del PRI pero, según Morena, ellos representan un cambio de la clase dirigente del PRI. Así lo dijo la semana pasada el mismo López Obrador. ¿Y entonces?

4. Pero la mayor incongruencia es la alianza que Morena llevará a cabo con el Partido Verde en 151 distritos federales. Ese partido fue aliado del PAN de Vicente Fox; del PRI de Roberto Madrazo y del Pacto por México de Enrique Peña Nieto y, sin embargo, hoy es aliado de la cuarta transformación.

Varios dirigentes del PVEM han sido acusados de corrupción y frivolidad. Horacio Duarte, por ejemplo, quien fue el representante de Morena ante el INE, acusó en 2015 a este instituto por no haber cancelado el registro del Partido Verde por sus violaciones graves y sistemáticas a la legislación electoral.

En San Luis Potosí Morena está yendo quizá aún más lejos al hacer mancuerna con Ricardo Gallardo, exalcalde de San Luis Potosí por el PRD, hoy militante del Verde y quién ha sido acusado de lavado de dinero, delincuencia organizada, entre otros. Ha sido investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda. Aunque militantes de Morena en la entidad rechazaron apoyar a Gallardo como candidato a gobernador, muchos sospechan que —en los hechos— Morena nacional postulará a una candidata débil en la entidad para propiciar el triunfo de Gallardo por el Partido Verde.

Por sus actos los conoceréis. Morena es, en los hechos, una reedición de las mismas prácticas de clientelismo, oportunismo y pragmatismo que el resto de los partidos.

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