Socio Director de Consultoría, Deloitte México

Confianza, el valor tangible que impulsa la recuperación de las organizaciones

A medida que las organizaciones pasen de la fase de recuperación a la de prosperidad, la confianza se convierte en la base sobre la cual los líderes resilientes pueden desarrollar modelos de negocio para participar en el nuevo entorno de negocios y social.

Los ámbitos sociales y de negocios experimentaron muchos de los cambios provocados por la pandemia de Covid-19, generando altos niveles de incertidumbre. De ahí que hoy los líderes empresariales estén dimensionando su alcance y repercusión en sus organizaciones y se enfoquen en estructurar una estrategia efectiva para contrarrestarla, además de identificar las oportunidades de crecer y prosperar en la nueva normalidad.

Para lograrlo, estos líderes están cada vez más conscientes de la importancia de inspirar a sus equipos a participar activamente en este proceso, y ganar su confianza para navegar hábilmente los distintos escenarios que surgirán a lo largo de la esperada etapa de recuperación.

Si bien la confianza puede ser un concepto abstracto y subjetivo, es también una base tangible esencial para consolidar una relación estrecha con colegas, colaboradores, socios y clientes.

En el contexto actual, donde las organizaciones y los individuos no tienen claro cuáles serán las condiciones en que estarán trabajando en los próximos meses, se requiere que los líderes sean bastante directos y transparentes en comunicar lo que está sucediendo dentro y fuera de la organización.

También es vital mantener informados de las difíciles decisiones que se están tomando y demostrarles que tales están en línea con las estrategias de negocio y los mensajes que se están transmitiendo. Los líderes deben ser asertivos en la comunicación y apropiarse de la narrativa, la cual debe estar fundamentada en la misión, visión y valores de sus organizaciones, lo que reforzará la confianza.

Así, sus colaboradores se sentirán acompañados para enfrentar y superar la incertidumbre, y estarán más conscientes de lo que podrían esperar y sabrán cómo responder. Si perciben que la comunicación y las acciones están alineadas, sabrán también que la organización está tomando las decisiones adecuadas.

De hecho, un elemento decisivo de la estrategia es la planeación por escenarios. Y es que el dinamismo del mercado, motivado por los constantes cambios del entorno, exige tener claridad y la capacidad para anticiparse a los posibles escenarios que enfrentarían.

Por otro lado, en la etapa de recuperación, es fundamental que los clientes sepan que la organización los estará apoyando y que se están creando todos los protocolos necesarios para atenderlos de forma segura, que se están satisfaciendo sus necesidades y resolviendo sus problemas, con la calidad y atención que esperan siempre.

En su rol de catalizador para la recuperación, la confianza arroja beneficios tangibles como el aumento de ingresos, desarrollo de nuevos canales digitales, mayor valor para los accionistas, potencial de innovación y establecimiento de nuevas y duraderas relaciones.

Si bien es un esfuerzo colectivo, es el director general (CEO) quien lidera las estrategias de generación de confianza al tomar la bandera del cambio y asegurarse de que todos los colaboradores estén en línea con éste y transmitir su confianza a todos los stakeholders.

Asimismo, debe estar consciente de que para que la organización cambie y se adapte de manera ágil, requiere apoyarse en herramientas tecnológicas.

A medida que las organizaciones pasen de la fase de recuperación a la de prosperidad, la confianza se convierte en la base sobre la cual los líderes resilientes pueden desarrollar modelos de negocio para participar en el nuevo entorno de negocios y social.

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