Luis Oliver

Los intangibles de la Sedena

 

1

Seguramente pocos o muchos ciudadanos de este país se preguntarán, de vez en vez, respecto a las Fuerzas Armadas y en particular al Ejército mexicano, por qué existe, cómo se prepara, con qué apoyos funciona y se plantearán otras variadas interrogantes.

Sin entrar en detalles históricos, el Ejército mexicano es un instituto armado constituido conforme a nuestra Carta Magna; su estructura responde a una organización necesariamente vertical, la cual incluye desde el alto mando hasta el último soldado, considerando alto mando al propio secretario de la Defensa Nacional.

Esta es la parte que generalmente la población identifica; pero atrás de toda esta estructura existe un andamiaje institucional que da vida, forma, apoya, opera y mantiene los recursos que la nación pone a su disposición para cumplir con sus misiones generales, así como las diferentes tareas que tiene que realizar con miras a la defensa nacional que incluyen la seguridad interior y la defensa exterior.

De esta manera, el recurso humano, el más valioso e importante de esta organización, cuando ingresa al Ejército según el tipo de unidad o plantel, tiene forzosamente que realizar su adiestramiento y formación a través del sistema educativo y de adiestramiento antes de poder desempeñar cualquier servicio donde tenga que emplear su armamento.

Esto es, que el adiestramiento y la enseñanza son básicos y elementales para que el militar pueda realizar su trabajo como tal, y por supuesto en ambos casos en los planes de estudios correspondientes está incluida como materia importante la de derechos humanos.

En el caso del sistema educativo militar, se cuenta con la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea y la Dirección General de Educación Militar, donde se aglutinan los planteles militares, donde se forman los sargentos y oficiales del Ejército y la Fuerza Aérea, así como ingenieros y médicos en sus diferentes especialidades.

Para quienes egresan de los diversos planteles de formación se abre un amplio espectro de oportunidades para continuar estudiando en escuelas superiores, con la oportunidad de realizar cursos en el extranjero, o bien, desempeñar cargos y comisiones en diferentes países y en las agregadurías militares adscritas a las embajadas del Servicio Exterior Mexicano.

Respecto al sistema de adiestramiento, éste cuenta con 12 centros regionales a razón de uno por cada región militar; ahí se reciben a todos los ciudadanos que voluntariamente han decidido darse de alta, donde se les provee de conocimientos básicos para que puedan cumplir a cabalidad con las tareas encomendadas a las Fuerzas Armadas y se les inculca el amor a la patria, los valores axiomáticos y a actuar con lealtad al pueblo de México.

Para que el elemento militar (indistintamente su grado y adscripción) realice su trabajo con un alto grado de compromiso, sabe que hay una dependencia que le proporciona vestuario y equipo diverso que son producidos en la fábrica de vestuario y equipo de la Secretaría de la Defensa Nacional.

También cuenta con la Dirección General de Sanidad, dependencia responsable de un vasto sistema de servicios de salud, que incluye el Hospital Central Militar, hospitales regionales, de zona y algunas otras clínicas de especialidades (de la mujer, por ejemplo) y enfermerías desplegadas en la República Mexicana, que acercan y atienden al personal militar y sus derechohabientes con el apoyo médico correspondiente.

Otra aspecto más de apoyo a la moral del personal militar es el que proporciona el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas (ISSFAM) a través de préstamos hipotecarios que se otorgan según la antigüedad, la renta de casa-habitación en las diferentes unidades habitacionales militares (que prácticamente existen en todo el territorio nacional) que, aunque no son en número suficiente, sí permiten coadyuvar a la economía familiar donde éstas disfrutan de un buen techo con austeridad, pero con tranquilidad y seguridad.

Uno más de estos apoyos es el Banco del Ejército y de la Fuerza Aérea (Banjército) que otorga préstamos al consumo con bajas tasas de interés al personal militar entre otros servicios.

Todos estos intangibles que no se reflejan en el sueldo del militar sí fortalecen el sentimiento de pertenencia y el espíritu de cuerpo que caracteriza a quienes con orgullo hemos servido y formamos parte de las Fuerzas Armadas.

También te  puede interesar:
Lealtad a México, ¿y para el Ejército?
En esa puerta del cuartel
Agenda de riesgos

COLUMNAS ANTERIORES

Lealtad a México, ¿y para el Ejército?
En esa puerta del cuartel

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.