Luis Pazos

INE: en peligro de extinción

El principal objetivo de la reforma política-electoral planteada por el ejecutivo es que los consejeros del INE y los magistrados sean elegidos por el voto popular.

Uno de los fundamentos de la democracia es la división de poderes y la existencia de un organismo autónomo responsable de la organización de las elecciones.

Entre las características de las dictaduras está la concentración del poder en uno de los poderes o en una persona. En México se corre el riesgo con Morena que eso suceda.

La preocupación es la reforma política-electoral planteada por el ejecutivo. Su principal objetivo es que los consejeros del INE y los magistrados sean elegidos por el voto popular.

Ante el poder de acarreo y compra de votos, principalmente en el campo y entre los pobres, donde el actual gobierno de la 4T, como el PRI el siglo pasado, intercambia o condiciona la ayuda a los pobres a cambio de su voto, es predecible que, de aprobarse esa reforma electoral, domine completamente la 4T al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Poder Judicial, lo que implica una dictadura de hecho, y solo un cascarón de democracia.

Esa reforma electoral, que implica una consulta popular al “pueblo” para designar consejeros del INE y magistrados, que costaría 8 mil millones de pesos, tiene altas posibilidades de que, con los millones disponibles de la 4T para comprar y manipular votos mediante las ayudas a millones de pobres, principalmente en el campo y en los cordones de pobreza, garantice el triunfo de Morena si se lleva a cabo.

Según la CEPAL, en 2018 había 51.8 millones de pobres en México, en 2022 los calcula en 58.1 millones, 2.5 millones más.

El actual gobierno debilitó al INE. En 2018 su presupuesto fue de 23,998.5 millones de pesos; en 2023 el INE lo estima en 14,437.6 millones, casi 40% menos que en 2018. El número de votantes aumenta y el presupuesto disminuye.

En 2023 se inicia la preparación de las elecciones del 2024 en las que elegirán Presidente, 128 senadores y 500 diputados, con más votantes que en 2018, cuando el padrón electoral fue de 89.3 millones, y en 2024 será de 95 millones.

Aunque es difícil que se apruebe la reforma electoral que debilita más al INE y lo busca convertir en un apéndice incondicional del poder ejecutivo, ya nos encontramos con un INE debilitado y saboteado por el gobierno de Morena, y en peligro de que desaparezca su independencia en 2024.

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