A un amigo, cuando le decían “chaparro” contestaba “con relación a quién”. Algo parecido decimos al analizar si las tasas de impuestos en México son altas o bajas.
Si comparamos la tasa de impuestos en México con la de Venezuela, donde quieren terminar con las empresas privadas, con una tasa de impuestos expropiatoria del 73.3 por ciento sobre las ganancias, la tasa en México es baja.
No vamos a compararnos con ese país, sino con los vecinos del norte, destino de cerca del 80 por ciento de nuestras exportaciones.
La inversión directa de EU representa alrededor del 50 por ciento de la inversión extranjera total. Esa inversión sería del doble si en México hubiera tasas de impuestos parecidas a las de EU, pero las altas tasas de impuestos en México, en relación a las de Estados Unidos y Canadá, reducen la inversión extranjera y hacen que los chinos vendan artículos a EU a menores precios que los mexicanos, a pesar de pagar el flete o costo para traerlos del otro lado del mundo.
Uno de los secretos de los chinos para ser competitivos son los bajos impuestos, del 15 por ciento que ofrecen en sus llamadas Zonas Económicas Especiales. En México ya había un proyecto para crearlas y un alto interés de inversionistas extranjeros para invertir en ellas, la mayoría de las cuales se ubicaban en el sureste, la zona más atrasada de México. Pero el actual gobierno por ignorancia o por ser una idea del gobierno anterior, echó a la basura ese proyecto.
Uno de los mayores desincentivos para que EU y Canadá inviertan más en México, son los altos impuestos en México con relación a los de Canadá, cuyos máximos alcanzan el 24.5 por ciento y en Estados Unidos, el 36.6 por ciento, mientras en México son del 55.1 por ciento. Esa gran diferencia de las tasas de impuestos, que ignoran o pasan por alto los gobernantes mexicanos, causa una reducción de la inversión extranjera directa, uno de cuyos efectos es que millones de mexicanos tengan que buscar trabajo como ilegales en los EU, arriesgando su vida y libertad.