Tiro al blanco

Beckham, el peor error de Florentino

Florentino Pérez se equivocó con la contratación de David Beckham porque optó por un proyecto económico y marquetero, en lugar de uno deportivo.

Dicen que con el periódico del lunes todos somos genios, pero igual, con motivo del conmovedor documental sobre David Beckham, que se estrenó recientemente en una plataforma de streaming, quisiera aportar un punto de vista anticlimático en medio de los ‘recuerdos’ de superestrella que tuvo el mediocampista en su paso por el Real Madrid.

La realidad es que el fichaje de Beckham es el peor error que ha cometido Florentino Pérez como presidente del club blanco. Ahora les explico el contexto y después les doy las razones.

El 12 de junio de 2003, el todavía aspirante a la presidencia del Barcelona, Joan Laporta, afirmó que “nosotros tenemos un acuerdo con el (Manchester) United. El Madrid, a través de su página electrónica, desmintió que estuviese interesado en el jugador (Beckham). Por lo tanto, nosotros hemos actuado según la normativa y el Madrid sabe que deberá pasar por nosotros”.

Cuarenta y ocho horas después, Laporta ganaba las elecciones, pero incumpliría esa promesa transcurridos apenas cinco días, cuando el Madrid anunció la llegada del inglés para completar el póquer de Galácticos de Florentino, en el que ya estaban Luis Figo, Zinedine Zidane y Ronaldo.

Laporta, entonces, apuntó a otro objetivo del Madrid: Ronaldinho.

El 5 de julio de 2003, en una nota del diario As podía leerse una declaración de Roberto de Assis, hermano y agente del brasileño: “Sabemos que el Madrid ha llegado a un acuerdo con el PSG, y que esa es la razón por la cual se ha parado el traspaso al Manchester (United). Pero el Madrid todavía no se ha dirigido a nosotros y estamos esperando”.

Así se quedaron, esperando. Dos semanas después, Ronaldinho ficharía por el Barcelona, que pagó 25 millones de euros (más otros 5 en variables); el Madrid, por su parte, abonó 37.5 millones al ManUnited por el inglés, ¿quién valía más?

Bueno, determinar el valor depende del enfoque al que se le dará prioridad: ¿el económico?, definitivamente Becks; ¿el deportivo?, definitivamente Dinho.

Beckham, quien venía de tener un solo entrenador en toda su carrera, se enfrentó a una etapa en la que el técnico cambiaba según los intereses de la presidencia y no necesariamente ligado a los resultados deportivos. Florentino aterrizó en el Madrid en julio del 2000, luego de vencer en las elecciones a Lorenzo Sánz, quien perdió pese a llegar con dos Champions bajo el brazo (1998 y 2000), sobre todo porque Florentino prometió el fichaje (hostil, vía pago de la cláusula de rescisión) de Figo, entonces en el Barça.

El entrenador blanco en ese momento era Vicente del Bosque, alguien que tenía su lugar asegurado, pues había reemplazado a John Benjamin Toshack en enero y en mayo había ganado la octava Orejona para el Madrid, y fue el primer técnico de la era galáctica. En 2001, con la llegada de Figo, El Bigotón ganó la Liga; en 2002, ya con Zidane, ganó la novena Champions; y en 2003, con Ronaldo, ganó de nuevo la Liga. Esto no fue suficiente y Florentino no le renovó el contrato. El reemplazo fue Carlos Queiroz, el auxiliar portugués de Sir Alex Ferguson en el United, ya conocido por Beckham.

Aunque en el documental, David afirma que nunca tuvo una buena relación con Queiroz, nadie podía imaginar eso en el entorno madridista, sobre todo porque el luso reemplazó a Del Bosque, sumamente querido por la afición.

Con la Supercopa de España de ese año, Beckham ganó su primer título con el Madrid y el último de Florentino en su primera etapa como presidente. Pese a tener una ventaja de 8 puntos a 12 fechas del final de esa temporada, los blancos acabaron cuartos y el portugués fue cesado al término de la campaña.

Después de Queiroz, pasaron José Antonio Camacho, Mariano García Remón, Vanderlei Luxemburgo y Juan Ramón López Caro, quien era el estratega el 27 de febrero de 2006, día en que Florentino dimitió, cuando el Madrid estaba a punto de completar su tercer año sin títulos.

Pérez se equivocó con Beckham porque optó por un proyecto económico y marquetero en lugar de uno deportivo. Se equivocó porque por ‘culpa’ de Becks, no llegó Ronaldinho; se equivocó porque el inglés debió adaptarse a una nueva posición porque Figo jugaba en su demarcación natural y, evidentemente, era mejor el portugués. Se equivocó porque, para facilitar la adaptación del cuarto galáctico, no renovó a Del Bosque y trajo a Queiroz. Se equivocó porque, en lugar de elegir un futbolista que iba a deslumbrar en la cancha, trajo a uno que deslumbró en las portadas de las revistas.

El mejor Beckham en el Madrid, el único que rindió algo, fue aquel que Fabio Capello rescató en los últimos meses de la temporada 2006-07, cuando ya se sabía que el “23″ había fichado por el LA Galaxy y vivía sus últimos momentos en el equipo. Al final de esa temporada, ganó su segundo título de blanco: la Liga.

En cambio, el capricho de Florentino de quitarle a Beckham al Barça, permitió al nuevo presidente culé traer a Ronaldinho y construir -alrededor de él- uno de los mejores equipos que se recuerdan, aquel que ese año en que Pérez renunció, ganó Liga y Champions de la mano del brasileño.

Así terminó por fracasar en lo deportivo el ambicioso proyecto galáctico de Florentino, que obtuvo títulos sus primeros dos años y ni uno solo en los siguientes tres. Eso sí, la gestión económica fue grandiosa y, solo en eso, la llegada de Beckham funcionó. Eso sí, el actual presidente blanco aprendió de sus errores para la segunda etapa.

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