Tiro al blanco

Explotación de futbolistas: la cuerda está por reventar

Las confederaciones y la FIFA parecen ser los principales responsables de la saturación al incluir una mayor cantidad de encuentros en competiciones de clubes y Selecciones en el calendario.

Bobby Charlton fue el jugador con más partidos y máximo goleador histórico del Manchester United y de la Selección de Inglaterra durante muchísimos años, más de 40, al marcar 249 tantos en 758 partidos como red devil, más las 49 dianas anotadas en 106 duelos con los Tres Leones, durante 22 temporadas, aunque las últimas 5 fuera del club de su vida. La campaña en que más disputó, la 1960-61, jugó 50 encuentros, 39 de Liga, más 11 con su equipo nacional para 50 totales y 4 mil 330 minutos.

Bien, aunque esa cifra sería muy alta en los últimos 10 años en el futbol actual, se queda muy corta con el número de duelos posibles en la actualidad.

Los clubes han incrementado sus partidos por temporada de forma muy significativa. Por ejemplo, hace un par de años, en la 2022-23, el Liverpool jugó todas las Finales posibles, al ganar la Copa de la Liga, la FA Cup, perder la Champions y sumar los de la Premier: 57. De haber jugado Supercopa de Europa, Community Shield y Mundial de Clubes, habrían sido 61, a los que pueden agregarse los 9 amistosos en pretemporada: 70. En ese periodo, entre los veranos de 2021 y 2022, Inglaterra, por ejemplo, disputó 7 en la Euro, más otros 13 entre Eliminatorias Mundialistas y Liga de Naciones. Así, un futbolista del Liverpool y de la Selección inglesa podría haberse chutado hasta 83 partidos. Una absoluta locura.

Sin embargo, eso no pasó y el inglés con más partidos fue el entonces goleador del Tottenham y de Inglaterra, Harry Kane, con 52, para un total de 4 mil 308 minutos. Esos 52, sin embargo, sí hubieran superado el número de Charlton, aunque con 22 minutos menos en cancha. Peeero en esa campaña, Kane se quedó lejos del líder: el entonces central del Saprissa, Aubrey David, disputó 60, 49 con su club y 11 con Trinidad y Tobago para totalizar 5 mil 343 minutos, ¡2 mil más que Charlton o Kane!; como dato curioso, el segundo fue el mexicano Guillermo Ochoa con 57, 35 con el América y la desorbitante cantidad de 22 duelos con el Tricolor, para 5 mil 130 minutos.

Este año las cosas van a peor, y por ejemplo tomemos al Manchester City. El club que dirige Josep Guardiola ya jugó 4 amistosos de preparación, el Community Shield y jugará 38 partidos de Liga, a eso debemos agregar hasta 17 de Champions, que se pueden sumar de los 8 de la fase de Liga, más 2 de Dieciseisavos (o Play-off), 2 de Octavos, 2 de Cuartos y 2 de Semis, y 1 más de la Final; también se añade el Mundial de Clubes, que se disputará por primera vez en un formato de 32 equipos a lo largo de un mes, entre junio y julio, con hasta 7 duelos posibles. Por la FA Cup pueden ser hasta 10 si se disputan replays en la Tercera, Cuarta y Quinta Ronda, y Cuartos, más la Semifinal y Final. En la EFL Cup, hasta 6 con los duelos de Tercera y Cuarta Ronda, más el de Cuartos, los dos de Semis y la Final. Si hubieran jugado la Supercopa de Europa, ahí hay otro. En total: ¡84!

Ahora sumen la Selección, que solo el segundo semestre de 2024 incluirá 6 encuentros, más 7 que faltan de Nations League en 2025: 13 totales. Es decir, hasta 97. Completamente demencial.

Los jugadores, eventualmente, van a gritar “¡basta!”.

“Sí, creo que estamos cerca de eso (huelga)”, señaló Rodri, campeón de Premier y Copa de la Liga con el Manchester City, y de la Euro 2024 con España. “Si le preguntas a cualquier jugador, te dirá que es una opinión general entre los futbolistas, no es solo la opinión de Rodri; si esto continúa así, llegado el momento no tendremos otra opción”.

Las confederaciones y la FIFA parecen ser los principales responsables de la saturación al incluir una mayor cantidad de encuentros en competiciones de clubes y Selecciones en el calendario; las propias Ligas han tratado de defender sus activos (los futbolistas), pero no por la cantidad de juegos, sino para no arriesgar a lesiones que les valgan pérdidas deportivas y económicas. Además, el futbol actual tiene una exigencia física mucho mayor al de hace unas décadas y cada vez es mayor.

La situación ya no es sostenible. Los directivos tienen que parar a pensar que la gallina va a dejar de dar huevos de oro si no se le cuida. Todo por servir se acaba.

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