Luis Wertman Zaslav

Invertir para prepararnos

La inversión en vacunas, propias y ya desarrolladas, es la base de la recuperación económica del mundo.

La inversión en vacunas, propias y ya desarrolladas, es la base de la recuperación económica del mundo. Sin duda, entre más naciones logren inocular a la mayoría de sus poblaciones, la salida de esta crisis estará más próxima.

Pero se tienen que tomar medidas adicionales para que el desequilibro internacional se modere, porque hemos podido ver que los virus se mueven con (y en) nosotros y no conocen mucho de fronteras.

Una opción es conseguir ese anhelado acuerdo global para que se proporcionen vacunas suficientes a todos los países, se desarrollen de manera local, y poner disponible su fórmula.

Es un asunto de viabilidad económica y financiera para, al menos, los próximos diez años. Prever que seguiremos en riesgo de convivir con nuevos virus es ya una variable económica, lo mismo que los cambios en las cadenas de producción y los ajustes que se deben dar en los mercados laborales y en sectores básicos que proporcionan alimentos, entre otros insumos primarios.

Para lograr un sistema más eficiente y justo se necesita utilizar la tecnología y las herramientas que deriven de ella para que no volvamos a cometer el error de subestimar muchas labores enfocadas a proporcionar materias primas y que hoy son origen de esa preocupación por los índices inflacionarios.

Además, es momento de discutir otras formas de productividad, desde casa o por medio de una distribución diferente del tiempo para que los servicios e industrias del ocio y el entretenimiento no caigan de la manera tan dramática como la hicieron en esta épica de pandemia

El nombre del juego es, de nuevo, generar equidad en nuestras sociedades y un piso internacional cada vez más parejo. Todos podemos detenernos en seco ante una emergencia, pero también todos podríamos anticipar y estar preparados para salir lo mejor librados de ella.

Es cierto que las opciones de política monetaria se reducen y tienen un límite. Lo mismo que fijar tasas de interés. Sin embargo, es hora de utilizar medidas nuevas e innovar en cuanto a criterios y acciones económicas.

Este tendrá que ser el camino para instituciones públicas y privadas. Las ideas de desempeño, asistencia, resultados y hasta ubicación de oficinas de las empresas están cambiando radicalmente les guste o no.

Las compañías que mejor se adapten y mejor se coordinen en lo público, podrán obtener beneficios de este reordenamiento y de las eventuales medidas que se tendrán que acordar entre naciones para que la salida de la crisis sanitaria dé paso a la salida de la crisis económica autoinflingida para reducir el impacto de esta pandemia.

Un paso fundamental es apostarle a la investigación y el desarrollo de los insumos y sus industrias que son estratégicas para la salud y el bienestar de las naciones. Siempre habrá naciones más capaces o con estrategias más eficientes, pero que en cada país exista una planta productiva que pueda enlazarse en caso de una emergencia como esta nos preparará para cualquier eventualidad que nos traiga el futuro. Eso es prever.

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