Opinión

Enfrentar el Covid-19

Quiero dejar claro que lo último recomendable es caer en pánico, pero la percepción es una herramienta voluble, que es impulsada más por las emociones que por la razón.

Será un asunto de matemáticas, números que aumentarán de manera exponencial, dependiendo de las medidas oportunas que tomen los gobiernos para enfrentar el contagio, la prevención que asuman los sectores público y privado, y la colaboración civil que se articule entre ciudadanos para adoptar medidas que reduzcan la exposición, aplica para el Covid-19 y también para la economía mundial.

En un periodo de diez a quince días, aproximadamente, en México entraremos en la segunda fase de atención del coronavirus, la de "transmisión comunitaria" como la han llamado las autoridades sanitarias federales y que será inevitable, porque quienes lo portan ya estarán manifestando síntomas en unas dos semanas, aunque para ese momento habrán estado en contacto con otras personas.

Más o menos así ocurrirá con los mercados financieros, los cuales se han contagiado rápidamente del pánico por el alcance del Covid-19 y las alteraciones que provocará en las cadenas de producción tal y como las conocemos, en sectores económicos que involucran manufactura, servicios y concentración de personas. Las primeras acciones para atenuar el miedo han sido insuficientes por segunda semana consecutiva, muy parecidos a los medicamentos que se han empleado para tratar de detener al coronavirus, todavía sin éxito.

Hasta llegar a esa segunda etapa, el gobierno de la República ha determinado no aplicar medidas restrictivas de mayor severidad, tal vez para ganar tiempo valioso antes de que el impacto a la economía nacional sea directo. Sin embargo, esta estrategia conlleva un riesgo: perder margen de maniobra para contener el contagio, ya sea éste en personas o en mercados.

Quiero dejar claro que lo último recomendable es caer en pánico, pero la percepción es una herramienta voluble, que es impulsada más por las emociones que por la razón. Llamar al pánico será terrible, aunque quedarnos pasivos es igual de temerario.

Compañías grandes, medianas y pequeñas deben empezar a tomar acciones claras (varias lo han hecho ya) para entrar en un escenario en el que, posiblemente, tengamos que pasar algunos días en casa, con el propósito de evitar que el virus tenga condiciones para esparcirse.

Bancos, supermercados, tiendas de conveniencia, hoy usan plataformas digitales para atender las necesidades de sus clientes.

No obstante, restaurantes, cines, hoteles, tiendas departamentales, entre otros giros, necesitan de la presencia física de sus usuarios para mantener su negocio.

Aquellos sectores que puedan enviar a parte de su fuerza de trabajo a hacer labores remotas, podrán resistir mejor que quienes dependen de la interacción humana para vender o comprar.

Es indispensable entrar en un momento de absoluta coordinación entre las autoridades y los sectores productivos para enfrentar juntos las etapas que vienen. Esta es una pandemia porque se encuentra en todos los continentes, pero eso no quiere decir que nos tengamos que quedar con los brazos cruzados, al contrario, podemos hacer mucho para ayudar al país a superar esta crisis.

Aun así, las decisiones que se tomen en los siguientes días serán la clave para enfrentar esta pandemia, que no es una situación nueva y forma parte de las condiciones de vivir en este planeta. La diferencia reside en la forma en que lo enfrentamos y lo que podemos hacer como ciudadanos, dos recomendaciones: no esparcir rumores y evitar contagiar temor.

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