La crisis que viene, la económica, tendrá un impacto que también influirá de manera decisiva en la nueva realidad que tendremos una vez que podamos reanudar ciertas actividades sociales, entre ellas el comercio a todos los niveles.
Aunque enfrentaremos una de las peores etapas económicas de la historia reciente, esta no es una crisis financiera, sino de liquidez, inversión y empleo. No hay demasiado consuelo en ello, pero sí acciones y medidas que pueden utilizarse para atenuar los efectos que dejará el Covid-19.
Sin embargo, esta depresión en la economía mundial no afectará de la misma forma a todos los sectores productivos, algunos resultarán obvios ganadores (la industria farmacéutica, por ejemplo) y otros reportarán crecimientos en unidades de negocio como el reparto de comida, las tiendas de conveniencia y, anticipo, ciertos segmentos del consumo que han tenido un buen desempeño a partir de nuestros cambios de hábitos durante esta contingencia.
En contraste, habrá ramas que tardarán en recuperarse y es posible que no lo hagan si no modifican radicalmente su modelo de ventas. Hablo de las tiendas departamentales, algunas categorías en la industria de la hospitalidad (restaurantes, hoteles, cines) y cualquier otro que no pueda trasladar sus operaciones a plataformas digitales y al servicio directo a la puerta del cliente.
En medio de esta incertidumbre, la colaboración entre el sector privado y los gobiernos será fundamental. Estamos previendo escenarios sobre cifras e indicadores, pero no olvidemos que cada número significa una persona o una familia que la pasará mal durante mucho tiempo.
De la misma forma, esta nueva realidad tampoco será sencilla para quien tiene un empleo y deberá reanudar sus labores conforme las autoridades sanitarias determinen la apertura. Nuevos protocolos, nuevas disposiciones de distanciamiento y una posible automatización de procesos en aras de evitar nuevos brotes o virus.
¿Qué tipo de capitalismo tendremos entonces? Esa es la nueva realidad a la que debemos enfocarnos todas y todos, porque lo único que no debemos permitir es que a las crisis consecutivas que padeceremos, se sume también una crisis en la empatía y la solidaridad verdadera hacia otro, no es un asunto nada más social, es también vital para los negocios.