Luis Wertman Zaslav

Último tramo de 2020

Si bien el cuatrimestre lucirá mejor, falta conocer el acuerdo final sobre el paquete presupuestal, así como el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Los cuatro meses (menos esta primera quincena de septiembre) que quedan de un año muy difícil, en todos los sentidos, tendrán pocas variaciones en lo económico, por lo que mercados e industrias se prepararán ya para 2021, en medio de la incertidumbre por una pandemia que no cede.

Es posible que el anuncio de una producción inicial de una vacuna efectiva ayude a que las próximas fechas enfocadas al consumo (Buen Fin, Navidad) les den empuje a las ventas, un poco al turismo, y mantengan la recuperación de las exportaciones, aunque no podremos celebrar ninguna restauración o anticipar un cierre positivo para este año.

Si bien el cuatrimestre lucirá mejor, falta conocer el acuerdo final sobre el paquete presupuestal, con sus consecuentes ajustes y modificaciones, así como el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, las cuales influirán definitivamente en México sin importar qué partido se lleve la victoria.

Las tasas de interés seguirán a la baja mientras las señales de recuperación vayan de lo negativo a un débil desempeño, en tanto continuamos adaptando nuestras vidas a la convivencia permanente con esta cepa de coronavirus, cuyos rebrotes y suma a la temporada de influenza podría desacelerar el avance económico para concluir con un año prácticamente marcado por la pandemia y perdido en el contexto de la emergencia.

El eventual acuerdo de infraestructura con la iniciativa privada y los compromisos de inversión para el siguiente ciclo darán un respiro necesario a los pronósticos pesimistas de casi todos los análisis de corredurías, bancos y agencias calificadoras, pero su impacto estará en los detalles que se acuerden para, por fin, relanzar el trabajo conjunto entre el sector industrial y el gobierno de la República.

No obstante, el T-MEC estará en funciones plenas y las grandes obras de esta administración tendrán que acelerar su paso para cumplir con su calendario, a pesar de que el primer semestre del año entrante México entrará en una contienda electoral decisiva para consolidar el proyecto de gobierno, o provocar una negociación en la segunda etapa del sexenio con las fuerzas políticas opositoras.

En general, la caída económica del país en el contexto de la pandemia podría no ser tan pronunciada como anticipan los pronósticos, pero tampoco habrá un rebote notable que evite los números rojos en diferentes indicadores.

Ese regreso a una nueva realidad económica dependerá de la estabilidad de las remesas, una mejor recaudación, inyección de recursos a la base de la pirámide para aumentar el consumo de bienes y servicios, y otras medidas fiscales y regulatorias que no se ven, al menos hasta hoy, en el horizonte de las políticas públicas.

Sin embargo, todo podría cambiar una vez que las elecciones terminen y el gobierno federal tenga que planear la conclusión de sus obras más emblemáticas, su legado social y la parte final de sus modificaciones legales sobre programas y derechos para ciertos sectores de la población.

Sólo una combinación de factores podría desencadenar una tasa de crecimiento anual por encima de 4.0 por ciento, deseable para todas y todos, aunque poco probable en un mundo complejo, alterado por una pobre preparación para una pandemia que siempre fue un riesgo contemplado, igual que el cambio climático o el descontento social que deriva en movimientos sociales que se radicalizan a partir de la información falsa, el racismo y la manipulación.

La única forma de compensar esta falta de crecimiento será construir un sistema social equitativo, con un repunte visible en empleos dignos y con servicios de salud, educación y seguridad eficientes que brinden tranquilidad a ciudadanos, a empresas y a emprendedores, en particular los más jóvenes.

Si la desigualdad disminuye y la recuperación del poder adquisitivo se vuelve una realidad económica, entonces el escenario será parecido a los que se prometió hace dos años. Por lo pronto, esperemos terminar este cuatrimestre, sanos, con ingresos y en condiciones de superar esta crisis no vista en un siglo.

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