Fuera de la Caja

Escenario probable

El gobierno actual no tiene el equipo ni los recursos necesarios para enfrentar una crisis, y además está sobrado en confianza.

El equipo va debilitándose. Quedan sólo los más cercanos, que si bien tienen algo de trayectoria política, esencialmente activismo y movilización, no cuentan con habilidades de gestión, administración, liderazgo de equipos. El gran esfuerzo de destruir las capacidades técnicas en el gobierno ha dado resultado. Para mala fortuna, la advertencia que se les había hecho, que eso traería consigo el derrumbe económico y funcional, también se ha hecho realidad.

Lo más importante para un presidente es prepararse para lo imprevisto. Tener al equipo y lo recursos que serán necesarios en una crisis, porque siempre hay una crisis. El gobierno actual no tiene ninguna de las dos cosas, y además está sobrado en confianza, porque la primera que vivió, la pandemia, le “cayó como anillo al dedo”: le permitió al Presidente culpar a un agente externo de los malos resultados de su gobierno, y la gente le creyó. Incluso acabó agradecida por las vacunas, sin enterarse de que México fue el país grande más golpeado, tanto en vidas como en dinero, debido precisamente a la incapacidad gubernamental.

Si ya logró no sólo sobrevivir a la pandemia, sino aprovecharse de ella, el Presidente imagina que ocurrirá lo mismo con cualquier otra crisis. No creo que sea así. Ya comentamos acerca de la desaceleración, muy probablemente recesión, que sufriremos en los próximos meses. Irá acompañada de inflación, que no se espera que baje muy rápido. La popularidad que tanto celebra, que no es diferente de la de otros presidentes en el mismo momento del sexenio, ha dependido de que la mayoría de la población no se dé cuenta de la situación que realmente enfrenta México. Hay que mantenerlos en la superficie, y por eso nada mejor que el show superficial de las mañaneras, cada día un poco más frívolo y absurdo.

La popularidad que celebra, al no ser muy diferente de la que tuvieron los presidentes anteriores, no le garantiza que su organización política pueda mantenerse en el poder. Menos, si sus candidatos son tan sosos. De verdad no le desearía a ningún político tener como únicos dos candidatos a personas como Claudia y Adán Augusto. Por eso me sorprende que tantos opinadores insistan en que la oposición no tiene candidatos. Quien no los tiene es López Obrador. Quien sufrirá el desgaste por el mal desempeño económico es López Obrador. Quien tiene las elecciones cuesta arriba es López Obrador.

Como también ya hemos comentado, él lo sabe, aunque creo que no dimensiona la magnitud de lo que enfrenta. Pero sabe que hoy mismo no ganaría frente a una oposición unida, y por eso hace todo lo posible por destruirla. Cada día le cuesta más trabajo. Muy pronto ya no podrá hacerlo, y entonces le quedará claro que no podrá ganar.

Pero eso no es una buena noticia. Acostumbrado a no perder elecciones (o gana, o dice que le hicieron fraude), creo que intentará evitar que el proceso ocurra. Sabe que si los votos los cuentan los ciudadanos, como lo han hecho desde 1997, no podrá ganar. Sabe que, si pierde, enfrentará acusaciones de daño patrimonial, de actuación criminal durante la pandemia, de crear un desabasto de medicinas y vacunas.

Me parece que pronto estaremos viendo intentos cada vez más claros de impedir la elección de 2024. Reforma electoral para acabar con el INE, selección de consejeros dóciles, falta de presupuesto. No sé qué logre, pero sí es claro que nos llevará hacia una crisis constitucional, en la que él cree que las Fuerzas Armadas estarán dispuestas a inmolarse con él.

Me parece que también en esto se equivoca, de manera que creo que, al final, terminará derrotado. Pero no sé a qué costo. Por eso creo que debemos considerar seriamente este escenario. Para impedirlo, o al menos para reducir su costo. Conviene entender que sí, sí es un peligro para México.

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