Fuera de la Caja

Tensiones

Hay que felicitarnos de contar con el Inegi. Ojalá que el ánimo destructivo y de ‘austeridad’ que ha terminado con tanto no logre deteriorar a este organismo.

Cumplió INEGI 40 años este miércoles pasado, y ese mismo día publicó el dato de la actividad económica en noviembre. Primero, hay que felicitarnos de contar con esa institución, que ha sido una de las agencias de estadísticas más importantes del mundo, y nos ofrece amplia información económica, geográfica, social, demográfica, además de amplios esfuerzos de investigación e innovación. Esperemos que el ánimo destructivo y de “austeridad” que ha terminado con tanto no logre deteriorar al INEGI.

El dato de actividad de noviembre confirmó que hay una contracción desde septiembre, un mes en el que tuvimos un crecimiento sorpresa. No tanto como en abril, pero sí fue un incremento fuerte, de 0.7 por ciento contra el mes anterior, que llevó a los expertos a actualizar sus estimaciones, que rondaban 2 por ciento, para ubicarlas en 3 por ciento. Ahora, la caída de noviembre, que muy probablemente se repetirá en diciembre, según el indicador oportuno publicado hace algunos días, reducirá un poco esa cifra, pero no mucho.

Comparando noviembre contra noviembre, el crecimiento fue de 3.5 por ciento. Si el cálculo lo hacemos con el promedio de los 12 meses previos, es decir, tal como se calcula el crecimiento anual, es entonces de 2.7 por ciento. Ese parece el piso para el dato final de 2023. No está mal, sin duda, pero como todavía no logramos recuperar lo perdido en la pandemia, ni mucho menos regresar al nivel con que la actual administración recibió la economía, pues no es para celebrar.

Si comparamos el nivel actual con septiembre de 2018 (aprovechando que eso se puede hacer con los datos desestacionalizados), en noviembre estábamos 1 por ciento por debajo. En la industria, la caída es de 3.2 por ciento, porque a su interior casi todo ha perdido: minería, casi -5 por ciento; electricidad, -21 por ciento; construcción, -15 por ciento. Sólo manufacturas (exportación) han crecido un poco: 3 por ciento contra ese punto de partida, septiembre de 2018. Cabe mencionar que en noviembre, las manufacturas se contrajeron contra el mes previo, y seguramente en diciembre ocurrirá lo mismo, siguiendo lo ya reportado por las manufacturas estadounidenses.

En los servicios, el nivel de noviembre fue -0.7 por ciento inferior contra septiembre de 2018 (aunque el máximo en este renglón ocurrió en octubre de 2019, pero para comparar de la misma manera que lo demás). Al interior de los servicios, casi todo reporta crecimiento, salvo dos sectores: servicios de apoyo, que con la reforma al outsourcing se desplomó y hoy está -48 por ciento debajo de la fecha de referencia, y el sector que incluye entretenimiento y servicios de reparación, que está -3 por ciento por debajo.

Lo demás crece. Turismo casi nada, gobierno un poco más (1 por ciento), comercio (casi 3 por ciento), servicios financieros e inmobiliarios, así como educación y salud (poco más de 3 por ciento), y el gran motor, comunicaciones y transportes, con 11 por ciento.

De diciembre todavía sabemos poco, algunas actividades parecen haber recuperado algo, mientras otras (como manufacturas) profundizan su caída. Hoy mismo se publica la información de la balanza comercial, que nos ayuda bastante (por las importaciones), pero el martes conoceremos el dato oportuno del PIB. Si se confirma lo anunciado por el indicador oportuno, entonces el crecimiento trimestral será de 0.1 por ciento, el anual para el cuarto trimestre alcanzará 3.4 por ciento, y el crecimiento de 2022 completo rondará 2.8 por ciento.

Comparado con 2018, el año pasado habrá cerrado con una caída de -1.1 por ciento. Para que el sexenio no resulte negativo, habría que crecer a ese ritmo durante 2023, pero todavía no está claro que se logre. El promedio de la encuesta CitiBanamex más reciente queda ligeramente abajo. El único elemento a favor que tenemos es la presión global para que México se integre más a Norteamérica, que es lo que nos ha ayudado desde hace dos años. En contra, tenemos al gobierno más necio e inepto en décadas. A ver qué gana.

COLUMNAS ANTERIORES

Soluciones
Legitimidad

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.