Gracias a los artículos de Héctor Aguilar Camín, me enteré del nuevo libro de Gabriel González Molina, Swingers S2, que sólo existe en versión electrónica. González Molina se ha dedicado a la mercadotecnia y la medición de lo público por décadas, y desde hace 20 años propuso entender las elecciones de una forma diferente. No siguiendo las opiniones acerca de por quién dicen que votarán las personas, sino entendiendo las características de los grupos y, a partir de ello, su comportamiento.
Con base en esos conceptos, González Molina identifica cuatro grupos de votantes: los leales al gobierno en turno, los opositores francos, los swingers y los abstencionistas. La clave en las elecciones es el grupo de swingers (los que pueden cambiar de lado). Para México en 2024, sin embargo, identifica dos tipos diferentes de swingers, a los que llama S1 y S2. Los primeros son cercanos a López Obrador, sin ser votantes leales, mientras que los segundos son esencialmente opositores. En su estimación, los leales a López Obrador representan 21 por ciento de los votantes, y el grupo S1 es del mismo tamaño. Es decir, el voto máximo que pueden obtener Morena y aliados en 2024 es de 42 por ciento.
Tanto la caracterización como el tamaño de los grupos que analiza González Molina me parecen muy razonables, considerando trabajos similares, como el que ha realizado Nexos (con otro objetivo) desde hace una década, o el que produce Think! Mercadotecnia, aquí en México, que ha construido un modelo tomando como referencia la propuesta de González Molina de hace 20 años, pero le ha dado giros complementarios.
Por otra parte, el dato del voto máximo que encuentra González Molina explica muy bien el comportamiento de López Obrador, que necesita una elección con tres participantes para tener alguna posibilidad de ganar. Por eso mantuvo a Movimiento Ciudadano fuera de la coalición opositora, le negó a Ebrard esa candidatura, y obligó a Samuel García a tomarla. Se trata de que esta tercera opción pueda llevarse 20 por ciento de los votos, y con eso el 42 porciento de Morena le alcanzaría para el triunfo. Por cualquier cosa, AMLO y sus secuaces continúan hablando del triunfo irrevocable, y del fracaso de Xóchitl, porque necesitan que la asistencia a las urnas sea la más baja posible.
El grupo de opositores francos a López Obrador, dice González Molina, es de 23 por ciento, de forma que el grupo S2 es el más grande, con 35 por ciento de los votantes. No les gusta el gobierno actual, pero no han encontrado quién encabece su enfrentamiento. Son personas que no quieren dádivas, sino oportunidades; que realmente están enojadas por las tragedias en educación y salud; que consideran a la seguridad como el elemento más importante a resolver en el corto plazo.
El modelo de González Molina parte de la idea de la polarización, que ha sido un fenómeno creciente durante el siglo 21. Para 2024, cree que esta polarización ocurrirá de una forma que él llama “estética”: algo profundo, que las personas consideren casi físico. Quien logre establecer esa polarización podrá captar al grupo de opositores, pero también al S2, al que adicionalmente debe ofrecer algo más concreto, siguiendo las líneas ya mencionadas.
Ahora bien, las campañas son enfrentamientos muy cortos, en las que los errores cuentan más que los aciertos. López Obrador ha cometido varios errores muy serios: su selección de candidata, la humillación que le propinó hace unos días, la selección del tercer competidor. Le ha adicionado un creciente desprecio por los mexicanos, evidenciado en Acapulco. La oposición sólo necesita definir la idea polarizante y la oferta concreta. Bueno, antes tiene que existir, claro.