Fuera de la Caja

En la urna

En la urna se va a decidir si lo que nos ofrecieron hace seis años se parece a lo que nos entregaron. Pero también si se va a querer seguir votando en el futuro.

Este domingo vamos a asistir a las urnas. Cuando vote, le pido que dedique unos momentos a pensar en lo siguiente.

Éste ha sido el sexenio más corrupto de la historia. Bajo este gobierno ocurrió el mayor fraude registrado, en Segalmex, dirigido por un antiguo jefe de López Obrador, donde desaparecieron más de 15 mil millones de pesos. La evidencia del enriquecimiento de los hijos de López Obrador, de sus socios y amigos (Rocío Nahle, Samuel García, Bartlett, etcétera), es abrumadora. Peor aún, los indicios de cercanía con el Cártel de Sinaloa forman parte de las acusaciones de la DEA.

En este sexenio hemos tenido la mayor violencia de la historia reciente. No sólo hay más homicidios que en cualquiera de los anteriores, sino muchos más desaparecidos, al grado que el mismo gobierno intenta borrarlos de sus registros. La expansión territorial de los grupos criminales es la mayor en toda nuestra historia, y han ampliado sus actividades fuera del tráfico de drogas y personas, para controlar la producción de aguacate y limón, el comercio de pollo y tortilla, los servicios de transporte urbano y recolección de basura. En este sexenio, el crimen organizado ha hecho metástasis.

Este sexenio ha sido el peor en cuestión económica en cuarenta años. La economía prácticamente no ha crecido, aunque el gobierno ha gastado mucho más de lo que ingresa, provocando un desequilibrio que costará años, y mucho sufrimiento, poder controlar. Los más pobres en México han vivido el peor sexenio en décadas: se les quitaron los programas sociales que los atendían, y a ellos no les llegan becas ni pensiones en cantidad suficiente.

Sin duda lo más grave ha sido la destrucción del sistema de salud. Cincuenta millones de mexicanos no tienen acceso a la salud pública, pero quienes lo tienen se encuentran con que no hay medicinas ni materiales, al grado de que sólo uno de cada tres niños tiene completo su esquema de vacunación al cumplir tres años. Por ello, aunque ha crecido el ingreso de algunos gracias a becas y pensiones, lo que en realidad pueden aprovechar es menos, porque el gasto de bolsillo en salud se ha comido más que ese ingreso adicional.

No olvide, cuando vaya a votar, que el Presidente se ha reído de las masacres, de las madres buscadoras, de las muertes en la pandemia; no olvide que nunca quiso recibir a quienes se quejaban, a quienes buscaban justicia, a quienes demandaban atención.

En la urna, recuerde cómo López Obrador ha intentado destruir al INE, a la Suprema Corte, cómo eliminó la Comisión de Derechos Humanos, cómo borró cualquier otra fuente de poder que no fuese él mismo. Al votar, piense con seriedad si a usted le conviene tener un monarca sin contrapesos, sin límites y sin estabilidad mental.

Porque hace seis años, cuando decíamos algunos que esto pasaría, no había razón para creernos. Hoy, sin embargo, ya no pueden llamarse a engaño. Después de seis años de crecimiento del crimen y la corrupción, de estancamiento económico, de destrucción del gobierno y sus finanzas, de concentración de poder en una sola persona, no existe argumento alguno para buscar un segundo piso. Sólo quienes francamente no entienden nada o quienes se benefician de esta destrucción pueden aceptar esa oferta.

Este domingo, en la urna, usted va a decidir si lo que le ofrecieron hace seis años se parece a lo que le entregaron. Pero también va a decidir si va a querer seguir votando en el futuro. Los viejos podemos recordar que hace treinta años los votos no contaban ni se contaban, no teníamos manera de enfrentar al poder. No queremos regresar a eso.

Este domingo usted participa del acto más importante de un ciudadano, de una ciudadana. Hágalo a conciencia. Vote, cuide su voto, defiéndalo si es necesario. Viva México.

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