Fuera de la Caja

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Durante todo el periodo de dispersión y caos hay una persona que crea o se beneficia de todos los conflictos: el opositor desleal, Andrés Manuel López Obrador.

No pude el viernes hablar con usted acerca de las elecciones, porque ya era el tiempo de meditación. Tampoco puedo hacerlo hoy, porque los resultados empezarán a conocerse mucho después de la hora de cierre para esta columna, de forma que continúo con la muy acelerada revisión histórica, que de algo nos servirá para lo que viene.

En 1986 se rompe la unidad del partido hegemónico. La construcción cardenista-alemanista no podía continuar, pero el discurso con que se había legitimado esa construcción, que era la esencia del sistema educativo mexicano, no era fácil de enfrentar. Generaciones crecimos aprendiendo cuentos acerca de la maldad de españoles, gringos y curas y de la bondad inherente a campesinos y obreros. Darle un giro al país implicaba enfrentar esas creencias.

Aprovechando la disciplina de la maquinaria, Carlos Salinas inicia ese giro. Primero con la apertura de 1986, y luego con el Tratado de Libre Comercio de 1994. Después del fracaso de su sucesión, y la crisis de 1995, no queda sino agregar a la apertura económica la política, y se negocia una gran reforma política en 1996. Al año siguiente vivimos la primera elección democrática en la historia nacional. En el 2000, el PRI pierde la Presidencia, pero desde 1997 el régimen autoritario había dejado de existir.

Sin embargo, la transición trajo consigo una dispersión del poder, que las reglas escritas no podían contener. Los gobernadores se convirtieron en monarcas locales, sindicatos y empresarios se independizaron del poder que los había creado, y pasamos de un sistema que dependía de una sola persona, el presidente de la República, a un sistema descentralizado, pero también desorganizado.

Por coincidencia, pocos días antes de la elección de 1997 murió Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos, el último capo que controlaba al crimen organizado. Ahí también ocurre una dispersión que, al sumarse a la venta de armamento pesado en Estados Unidos en 2004, da inicio a la época de terror que usted ya conoce.

Sin embargo, detrás de todos estos eventos, las mentes de los mexicanos siguen atadas al discurso legitimador del régimen de la Revolución. Los mismos cuentos se siguen enseñando en primaria, y la disonancia que sufre la población es creciente. Nada de lo que aprende en la escuela le permite a los mexicanos entender mejor esa realidad de dispersión en la que viven.

Durante todo ese periodo de dispersión y caos hay una persona que crea o se beneficia de todos los conflictos: el opositor desleal, Andrés Manuel López Obrador. Montado en los viejos cuentos, le apuesta a que, frente a la disonancia, la población prefiera reforzar sus creencias a enfrentar la incertidumbre.

Cuando el Pacto por México cierra el proceso de transformación, golpeando duramente a los sindicatos y grandes empresarios creados desde el poder, la apuesta de López Obrador por fin da resultado. Apoyado por esos sindicatos y empresarios, comprometido a revertir las reformas, apoyado por el presidente en funciones, que opta por protegerse él antes que su obra, en 2018 López Obrador obtiene 53 por ciento de los votos y se convierte en presidente de la República.

Para quienes lo impulsaron, la idea era regresar al viejo régimen, donde sindicatos y empresarios nos extraen rentas a los demás. Para López Obrador, era cumplir su sueño de llegar al poder y concentrarlo en su persona, reivindicando al presidente de su juventud, Luis Echeverría. Ambas cosas son imposibles, porque el viejo partido, disciplinado, ya no existe. El resultado ha sido un sexenio desastroso, bajo cualquier medición que guste hacerse.

Ayer, los mexicanos habrán decidido si ese sexenio fue un error que merece corregirse, o si la voluntad de subordinarse y el miedo a la libertad fueron mayores. No lo sé al escribir este texto, usted ya sabrá la respuesta. Comentaremos el miércoles.

Macario Schettino es profesor de la Escuela de Gobierno, Tec de Monterrey.

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