Fuera de la Caja

Convergen cifras

La pandemia está causando una contracción económica general, pero pudimos haberla recibido creciendo al 2.5 por ciento, si no se hubiese cancelado el aeropuerto.

Ayer anunció el FMI nuevas estimaciones acerca de las economías. Para México, coloca su pronóstico en -10.5 por ciento para este año, y un crecimiento de 3.3 por ciento para 2021. Una pérdida neta de -7.8 por ciento contra el tamaño de la economía cuando este gobierno tomó posesión. O más claramente, cuando decidieron cancelar la construcción del aeropuerto, que no se olvide.

Las estimaciones del FMI no son excéntricas. En el último reporte de CitiBanamex de expectativas, la mediana ya estaba en -8.4, y varias instituciones estaban ya en dos dígitos. Bank of America y Bursamétrica (de nuestro colega O'Farrill) apuntaban al -10 por cient, y JPMorgan a -10.5 por ciento. El mismo CitiBanamex trae -9 por ciento, lo mismo que UBS y Vector, Prognosis y Monex traen -9.2 por ciento, Credit Suisse está en -9.6 por ciento, Banorte -9.8 por ciento, y Evercore -9.9 por ciento. Tengo la impresión de que muchos de ellos no querían romper la barrera de los dos dígitos, pero con el respaldo de las estimaciones del Fondo es posible que lo hagan en las próximas semanas. Lo mismo, me parece, ocurrirá con otras instituciones, especialmente después de los datos del IGAE de abril y la balanza comercial de mayo, que se publican mañana mismo.

Pero lo más importante no es la contracción que esperan para 2020, sino el tamaño de la recuperación para 2021, que no es muy elevada. Para Bank of America, sería de 2 por ciento en 2021, y para Bursamétrica de 2.6 por ciento. El más optimista es JPMorgan, con 5.5 por ciento, pero está muy solo en esa posición. La mediana está en 2.7 por ciento de crecimiento para el año próximo. No lo aburro con todos los datos, que puede usted encontrar en internet con facilidad.

Pero lo que no aparece, y sí le puedo compartir, es el impacto de los dos años. En promedio, estas instituciones esperan una contracción de -5.7 por ciento entre 2020 y 2021, que se suma al -0.3 por ciento de 2019, para darnos -6 por ciento de crecimiento en esta primera mitad del sexenio. La mediana, es decir, la medición que está justo a la mitad, es de -5.6 por ciento, que no es muy diferente. El FMI es más pesimista, puesto que sus números nos llevan a -7.5 por ciento entre estos dos años. Esta columna sigue siendo todavía un poco más negativa, porque para 2020 seguimos esperando casi -13 por ciento, con un crecimiento en 2021 de 4 por ciento, que arroja un neto de -9 por ciento para los dos años.

Entonces, el promedio de las estimaciones que CitiBanamex registra nos sugieren que en los primeros tres años de López Obrador la caída será de -2 por ciento anual promedio. De los especialistas, Evercore, Bank of America, Banorte, Bursamétrica y Monex apuntan a una contracción de -2.7 por ciento o más en cada uno de los tres años. El FMI está justamente en ese nivel, y esta columna lo coloca en -3.1 por ciento. Si queremos calcular el PIB per cápita, habrá que añadir un poco más de un punto por año de contracción. Para que no se angustie haciendo números, le digo que nunca habíamos tenido un golpe económico tan fuerte y prolongado como éste. Si el sexenio terminase con crecimiento cero, o poco menos, como fue el caso de De la Madrid, sería un milagro.

No cabe duda de que buena parte del problema viene de fuera. La pandemia está causando una contracción económica general. Pero pudimos haberla recibido creciendo al 2.5 por ciento, si no se hubiese cancelado el aeropuerto. Pudimos haber reducido su impacto con un plan de contención económica, como los aplicados en prácticamente todos los países. Un plan como el sugerido por esta columna, o por economistas cercanos a López como Gerardo Esquivel o Rolando Cordera, que no eran muy diferentes al nuestro. No se hizo nada, y por eso el golpe es mayor.

Pero no debe sorprendernos, tampoco hicieron nada para enfrentar la pandemia.

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