Se publicó ayer el PIB oportuno, y el dato de crecimiento es exactamente el que habíamos estimado: -1.6 por ciento en datos originales, -2.4 por ciento en datos desestacionalizados. Esto corresponde a una caída de la economía de -3.5 por ciento, en marzo. De manera sorprendente, los datos de recaudación, que también se publicaron ayer, resultaron excepcionalmente buenos. En ISR, el incremento en recaudación en marzo fue de 45 por ciento (contra marzo 2019), y en IVA de 29 por ciento. En el trimestre completo, mientras la economía se contraía como lo indica el PIB, que en términos nominales corresponde a un crecimiento de 1.7 por ciento, la recaudación de ISR crecía 17 por ciento y la de IVA 22 por ciento. A mí me parece algo increíble, pero nadie tiene acceso a esa información, salvo los que la publican. Un poco como las cifras de coronavirus, que son las más raras del mundo.
También ayer se publicó el informe trimestral de Pemex, al mes de marzo. Tuvo una pérdida de poco más de 520 mil millones de pesos, en tres meses. Con esto, de enero de 2019 a marzo de 2020, 15 meses, este gobierno ha logrado que Pemex, que valía un billón de pesos, haya perdido 1.3 billones en ese periodo. Sin importar cuál era la situación financiera en el arranque, en 15 meses han logrado pasivos que superan los activos: la han quebrado.
Seguramente argumentarán que cerca de 450 mil millones de pérdida de este trimestre corresponde a un asunto contable, es pérdida cambiaria y no operativa. Y poco más de 300 mil millones del año pasado son por revaluación del contrato colectivo, y por lo mismo es también un asunto contable. En ambos casos, se trata de un incremento en pasivos, aunque no haya sido una pérdida de flujo, y no cambia nuestro argumento: han perdido más de lo que vale la empresa. Pero si lo quitamos, nos encontramos con que hay, de enero de 2019 a marzo de 2020, una pérdida de flujo de 500 mil millones de pesos. Eso alcanzaría para cubrir todo lo que uno pueda imaginarse en materia de salud, o esa cifra mítica que el Presidente ahorraría. No sólo no ahorraron nada ni encontraron nada, tiraron 500 mil millones de pesos en una empresa que está quebrada, y que jamás va a funcionar.
Como en el caso de Hacienda, los datos de Pemex son producidos por ellos mismos, pero tienen que presentarlos en Estados Unidos para ser dictaminados, y eso les reduce el margen de manipulación. Ni Hacienda ni la Secretaría de Salud tienen esas limitaciones, y por tanto pueden decirnos lo que sea, y no hay forma de verificar su información.
Sin embargo, es difícil mentir por mucho tiempo. Conforme avance el año, y tanto la economía como el tema sanitario se compliquen, podremos verificar si las cifras anunciadas tienen o no sentido. Esta columna insiste en que no suenan lógicas, pero no tenemos forma de probar que sean falsas. Si tuviésemos detalles, y tal vez logremos conseguirlos pronto, algo podría hacerse. Mientras, no queda sino levantar las cejas y preocuparnos.
Si efectivamente hubiese una recaudación como la anunciada, no se entiende por qué el Presidente quiere que se reduzcan los sueldos de funcionarios, ni mucho menos por qué recortar 75 por ciento del gasto operativo del gobierno federal. Tampoco se entendería que quisiera madrugar al Banco de México con parte de su remanente de operación. Mucho menos se puede defender que Hacienda haya contratado deuda por 140 mil millones de pesos hace unos días. No, no tienen dinero.
Hoy empieza mayo. Ya llevamos un mes con la economía detenida y sin programas gubernamentales de apoyo. En las próximas cuatro semanas, la mayoría de las Pymes tendrá que cerrar de forma definitiva. No están entendiendo el tamaño del problema y lo vamos a pagar todos.