Fuera de la Caja

Dos eventos

En este momento lo que tenemos es un presidente incapaz, autoritario y mentiroso, y una parte no menor de la población enojada, pero sin ideas ni organización.

El día de ayer, 1 de diciembre, hubo dos eventos políticos relevantes. El primero, un discurso del presidente López Obrador en el Zócalo de Ciudad de México. El segundo, manifestaciones en contra del Presidente en diversas ciudades del país. Asistí a la manifestación que salió del Ángel de la Independencia rumbo al Monumento a la Revolución, en parte por solidaridad con la familia LeBarón, en parte para manifestar mi preocupación con la destrucción institucional. Hice bien, porque los medios se concentraron en el homenaje presidencial, como en los viejos tiempos, mientras que las manifestaciones en contra, con suerte, consiguieron notas de pie.

Los dos eventos ilustran muy bien lo que está ocurriendo en el país, y creo que debemos atenderlos. Primero, permítame referirme al discurso presidencial. Es muy preocupante que un presidente falte a la verdad, pero cuando lo hace de manera constante, sin escrúpulo alguno, causa terror.

López Obrador engarzó mentiras completas con medias verdades, en un discurso polarizante, como todos los suyos. Por ejemplo, afirmó que habían llegado a México 26 mil millones de dólares, y que eso era un récord. Como lo vimos la semana pasada, es una cifra 12 por ciento inferior al mismo periodo de 2018. Sostuvo que en su gobierno el peso se ha fortalecido y ha crecido el índice de la Bolsa de Valores, porque el golpe del aeropuerto lo dio un mes antes de llegar a la Presidencia. Comparando con el nivel previo a su brillante idea, el peso ha perdido 1.2 por ciento de su valor, en promedio mensual, casi 3 por ciento contra la última sesión de noviembre. La Bolsa ha perdido 4 por ciento de su valor contra octubre del año pasado, casi 15 por ciento contra septiembre, antes de que Morena tomara el control del Congreso, y con ello del país.

Afirmó el Presidente que el robo de combustible se ha reducido en 94 por ciento, pero eso es dudoso, por decir lo menos, y no hay cifras independientes que permitan confirmarlo. Las ventas de gasolina, que podrían ser indicador, han caído -5.6 por ciento a septiembre (último dato en el SIE de Sener), y habían caído -8.3 por ciento en el año anterior. Si no se roban el combustible, ¿la economía ha caído más de lo anunciado? ¿Los mexicanos decidieron no usar el auto?

Entre las frases que no pueden considerarse mentiras, pero sí interpretaciones interesadas de la realidad, está la afirmación de que las leyes que se han modificado son para el combate a la corrupción o que Evo Morales fue víctima de un golpe de Estado. No son asuntos que tengan una interpretación única, pero hay que reconocer que se requiere cierta desfachatez para elegir la opción presidencial.

Un Presidente mentiroso es un problema mayor, porque sus mentiras serán evidentes tarde o temprano, y en el caso presente, será más bien temprano. Sorprende que muchos que perciben ese problema en Trump, no lo puedan identificar en López Obrador.

Ahora bien, en la marcha de oposición, por cierto mucho más asistida que el evento del Zócalo, y sin contar las otras ciudades donde también hubo manifestaciones en contra del gobierno, las cosas tampoco se ven muy bien. Mis observaciones son anecdóticas, es lo que vi. La consigna más repetida era "¡Fuera López!", seguida del patriotero "¡México, clap, clap, clap!". En varias ocasiones hubo gritos de apoyo a la familia LeBarón. Y, esporádicamente, todo tipo de consignas: contra el comunismo, contra Venezuela, etcétera.

Es de reconocer la convocatoria de esta manifestación, pero es también importante considerar que no hay una idea clara, más allá del rechazo a López Obrador, cuyo origen puede ser muy diverso y contradictorio.

En este momento, lo que tenemos es un Presidente incapaz, autoritario y mentiroso, y una parte no menor de la población enojada, pero sin ideas ni organización. En ambos lados hay, como dicen ahora, amplios espacios de oportunidad.

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