Fuera de la Caja

En contracción

Habrá quien pueda tener alguna esperanza de que la economía se recupere, pero los datos no ayudan a defender esa posición.

Actualicemos información económica. Primero, lo comentado el lunes acerca de la Inversión Extranjera Directa (IED). Como decíamos, el dato relevante es el publicado por el Banco de México en la balanza de pagos, que mide los flujos que realmente han ocurrido, y no lo que informa la Secretaría de Economía, que consiste en información preliminar, asociada a compromisos de inversión que pueden atrasarse, posponerse, o de plano cancelarse.

Ese mismo lunes se publicó la balanza de pagos, y lo que ocurrió entre enero y septiembre fue lo siguiente: la IED que llegó a México sumó 26 mil 56 millones de dólares, frente a 27 mil 117 en el mismo periodo, pero de 2018. Es una caída de 4 por ciento. La IED que hicieron mexicanos en el exterior, en cambio, sumó 8 mil 539 millones de dólares, frente a 7 mil 225 en el mismo lapso de 2018, un crecimiento de 18 por ciento. La IED neta (la resta de las dos cifras anteriores), pasó de 19 mio 892 millones de dólares en 2018, a 17 mil 516 millones en 2019, una contracción de 12 por ciento.

Este dato, entre otros, convenció al Banco de México de modificar su estimación de crecimiento para el resto del año y para 2020, que se redujeron para quedar en un rango de -0.2 a 0.2 por ciento en 2019, y de entre 0.8 y 1.8 por ciento para el próximo año. Con esto, el Banxico se acerca a las estimaciones de los especialistas, que también ya están en cero, o ligeramente por debajo, para este año, y entre 1 y 1.2 por ciento para el próximo.

Sin embargo, ayer se publicó la balanza comercial a octubre, que le decía a usted que es muy importante para entender la tendencia. Los datos no son buenos. Por un lado, hay una caída en exportaciones manufactureras, de apenas -0.1 por ciento, pero hace rato que eso no pasaba. La causa, como habíamos anticipado, es la caída en la industria automotriz, que fue de -6.2 por ciento. Esto lo veremos reflejado también en la actividad industrial de octubre, que será negativa.

Pero también las importaciones sufrieron caídas en los tres tipos: consumo, intermedios y bienes de capital. Si quiere uno ser optimista, puede uno decir que en bienes de consumo la caída fue de sólo -2.4 por ciento, mientras que en septiembre había sido de -3.8 por ciento. Pero no hay mucho más que decir. En bienes de capital, la caída fue de -13.1 por ciento, que no es muy diferente del -13.5 por ciento de septiembre, o el -14 por ciento de agosto. Y en bienes intermedios, que es lo más grande, pero además es un indicador de lo que se compra afuera para producir en México, la contracción fue de -6.2 por ciento. El tamaño de la contracción en importaciones parece compatible con una contracción de la economía en octubre, de alrededor de -0.5 por ciento.

Si usted compara el comportamiento de las importaciones en los últimos seis meses (abril-octubre) con lo ocurrido en el mismo periodo de 2018, queda claro el fenómeno. En bienes de consumo crecíamos 12 por ciento, ahora nos contraemos -4 por ciento. En bienes intermedios crecíamos 11 por ciento, ahora la contracción es de -2 por ciento. En bienes de capital crecíamos 13 por ciento, ahora nos contraemos -13.5 por ciento.

Habrá quien pueda tener alguna esperanza de que la economía se recupere, pero los datos no ayudan a defender esa posición. Ni la producción de petróleo crece ni la construcción deja de caer, y ahora las manufacturas, por cuestión externa, se contraen. Este cuarto trimestre amenaza ser negativo, y con ello el promedio del año.

Sin medidas adicionales, no veo razón alguna por la cual debería crecer la economía en 2020. El presupuesto no va en esa dirección, ni habrá inversión alguna de las anunciadas (de verdad). Con Estados Unidos inmerso en su proceso electoral, y las manufacturas de ese país en contracción, no hay de dónde agarrarse.

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