Fuera de la Caja

Grave coincidencia

Hay muchas similitudes y diferencias entre Trump y López Obrador. Su desprecio por la ley, su vocación autoritaria, es para la coincidencia más grave.

Finalmente, la semana pasada se publicó el reporte completo de la investigación realizada por Robert Mueller a la campaña de Trump. No he leído el documento, pero los reportes de prensa y opiniones de expertos confirman que es algo muy diferente de la versión simplificada que había presentado el secretario de Justicia, William Barr, quien fue contratado por Trump precisamente para anular la investigación mencionada.

Mueller logró documentar ampliamente la intención del gobierno de Putin de intervenir en la elección para impedir el triunfo de Hillary Clinton, ya fuese con Bernie Sanders o con Donald Trump. Hay evidencia también de contactos entre los agentes rusos y la campaña de Trump, que no se convirtieron propiamente en conspiración, pero que sí trató Trump de ocultarlos una vez en la presidencia. En esos esfuerzos, cometió el delito de obstrucción a la justicia, que es motivo de desafuero (impeachment).

Sin embargo, la campaña de dos años de Trump para desacreditar a Mueller y a su investigación, además de la cercanía con la elección presidencial de 2020, hacen improbable que ocurra dicho desafuero. El control que tiene Trump de todos los hilos en la procuración de Justicia, el apoyo de medios de comunicación como Fox News y una clara mayoría a su favor en la Suprema Corte, le permiten vivir fuera de la ley. Lo que tanto intentaron impedir los 'Padres Fundadores', es decir, la transformación del presidente en monarca, ha ocurrido ya.

A reserva de profundizar en el tema de Trump, es conveniente ahora comparar con lo que ocurre en México. Apenas en los últimos 25 años habíamos logrado pasar del monarca al presidente. En toda nuestra historia, sólo estos cinco lustros tuvimos presidentes limitados por la ley. Antes, los hombres fuertes (Juárez, Díaz, Obregón, Calles), y los monarcas temporales del PRI, estuvieron siempre por encima de los demás. De Zedillo a Peña Nieto, en cambio, el presidente en México era alguien importante, pero no poderoso.

Ahora se intenta revertir esa situación, y parece que ya lo han logrado, o están a punto de hacerlo. Se han debilitado los organismos autónomos, se presiona continuamente a la Corte y al Banco de México, los diputados son servidores del presidente y apenas se resiste en el Senado. El 'memorándum' de López Obrador me parece la señal más clara: a pesar de haber protestado cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, en ese texto el presidente ordena a su gabinete lo contrario. Abogados muy reconocidos han explicado por qué ese escrito no tiene validez jurídica, pero me parece más importante enfatizar su gravedad política: López Obrador confirma, por escrito, que no piensa cumplir ni con la Constitución ni con las leyes.

A nadie debería sorprender esto, con la historia del personaje. Desde las tomas de pozos en Tabasco hasta su campaña permanente por la poresidencia, pasando por los alegatos de fraude, siempre ha vivido al margen de la ley. O si quiere más claridad: en el margen de la ley. Ha sabido aprovechar su fuerza política para evitar ser castigado por romper ordenamientos. No es que haya sido inocente alguna vez, es que nunca ha sido procesado para evitar los costos políticos de hacerlo. La ocasión en que más cerca estuvo de serlo, el desafuero de 2005, lo convirtió en una figura nacional y lo colocó a muy pocos votos de ganar la presidencia al año siguiente. Sus seguidores, argumentando el uso político de la ley, facilitaron que la ley no se aplicara, precisamente un uso político. Lo dijimos entonces: era culpable.

Hay muchas similitudes y diferencias entre Trump y López Obrador. Su desprecio por la ley, su vocación autoritaria, es para mí la coincidencia más grave.

COLUMNAS ANTERIORES

Ya se van
Engañados

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.