Fuera de la Caja

Jóvenes en construcción

La idea de dar acceso a jóvenes a empresas parece buena a primera vista; sin embargo, el carácter masivo del programa Jóvenes Construyendo el Futuro genera muchas dudas.

El boletín del IMSS en el que se reporta la situación del empleo (es decir, de los asegurados trabajadores), además de la información normal, traía un dato que llamaba la atención: que ya tenían registrados a 481 mil 548 personas en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

El dato fue utilizado por el presidente para minimizar la caída en generación de empleo. En su percepción, aunque se hayan perdido 75 mil empleos en lo que va su administración, la existencia de estos casi 500 mil jóvenes compensaría las cosas. Evidentemente, son temas diferentes. Los jóvenes del programa cuentan con una beca, que incluye el seguro facultativo en el IMSS, por un año. Esa beca les ofrece 3 mil 600 pesos libres cada mes. Esa cantidad es aproximadamente un tercio del salario promedio que reciben los asegurados al IMSS, pero 15 por ciento superior al salario mínimo general en el país.

Como sea, el que para mayo hubiese casi 500 mil jóvenes inscritos me parece algo impresionante, y al momento de escribir estas líneas, 20 días después del cierre de mayo, la cifra es ya de 693 mil. El programa tiene un límite de 2.3 millones de jóvenes, que según los lineamientos sólo recibirán este apoyo por doce meses.

La idea de dar acceso a los jóvenes a empresas, para que puedan capacitarse, o tener contacto directo con la producción, parece buena a primera vista. Sin embargo, el carácter masivo del programa me genera muchas dudas. Aunque en los lineamientos se establece que habrá una evaluación, dudo que pueda ser homogénea considerando que hay más de 136 mil centros potenciales de trabajo (de todos tamaños y sectores), o con la profundidad necesaria. En otras palabras, en lugar de ser algo parecido al sistema dual alemán, parece más algo para mantener ocupados a los jóvenes por un año, a cambio de una cantidad nada despreciable de dinero.

De hecho, la cifra puede resultar un incentivo negativo. Si alguien quiere estudiar licenciatura, la beca que ofrece el gobierno es de 2 mil 400 pesos mensuales, también por un año. Si está en media superior, son 800 pesos. Y lo que se paga a médicos en servicio social, e incluso en residencia, es menos de la mitad de la beca de 'Jóvenes…'.

En este momento hay 110 mil jóvenes anotados en Chiapas, 86 mil en Tabasco, 71 mil en Veracruz, 65 mil en Estado de México, 49 mil en Guerrero, 40 mil en Michoacán y 31 mil en la Ciudad de México. En esos siete estados se encuentra el 65 por ciento de los jóvenes afiliados. Llama la atención que en los estados al norte del paralelo 20, hay entre dos y seis mil en cada entidad. Algunos tienen un poco más, pero no llegan a 10 mil.

El otro elemento interesante es el costo. Cada joven recibe 3 mil 600 pesos libres, pero además hay que pagar el seguro en el IMSS (facultativo y para jóvenes, es relativamente barato), más los costos de administración. Digamos que el costo por joven es de 4 mil pesos mensuales. Eso significa que en mayo se destinaron casi 2 mil millones de pesos a este programa, y para junio la cifra quedará cerca de 2 mil 800 millones. En los próximos doce meses, al menos 33 mil millones se destinarán a este programa. En su punto máximo, serán 110 mil millones.

Dos dudas. La primera es: dónde está este gasto en las finanzas públicas, porque no aparece en la STPS. La segunda: el monto máximo del programa representa el 10 por ciento del gasto programable de los ramos administrativos. Por mucho tiempo se dijo que sólo el 10 por ciento del gasto del gobierno podía reasignarse, porque el resto estaba comprometido. ¿Todo se está moviendo hacia allá? ¿O por eso están mutilando al gobierno? Puras preguntas.

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