Fuera de la Caja

Pensiones, desbarajuste

El sistema de pensiones en México es un desorden monumental, que por lo mismo es profundamente injusto.

Otra vez, el tema de las pensiones llega a titulares. Ahora, debido a la solicitud que hizo el gobierno a la Suprema Corte para reiterar una resolución que ya en dos ocasiones previas había emitido, en el sentido de que el IMSS debería topar las pensiones en 10 salarios mínimos (que en realidad ahora deben ser Unidades de Medida, UMAs). Esta medida afectaría a algo así como 700 mil personas que tienen salarios superiores a ese monto, que durante el año pasado ascendía a 31 mil 300 pesos mensuales. Antes de tocar ese tema, permítame una revisión del asunto de las pensiones en lo general.

El sistema de pensiones en México es un desorden monumental, que por lo mismo es profundamente injusto. Permítame sugerir tres dimensiones de este desorden e injusticia. Primero, los grandes privilegios de los burócratas; segundo, la falta de planeación, que hoy implica un costo fiscal nada despreciable; tercero, un peor cálculo para la Ley 97, que amenaza dejar a quienes cotizan bajo esta ley en la miseria cuando llegue su edad de jubilación.

Primero, hay multitud de sistemas de pensiones en México, aunque la gran mayoría de las personas están en IMSS e ISSSTE. Las empresas paraestatales de energía tienen su propio sistema, lo mismo que las Fuerzas Armadas. Pero además hay sistemas adicionales en estados y universidades estatales.

Con base en datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, complementados con informes del IMSS e ISSSTE, en 2019 se pagaron 299 mil millones de pesos a pensionados del IMSS, que eran 4.3 millones de personas. Cada uno recibió, en promedio, 69 mil pesos durante el año. En el ISSSTE, el monto fue de 207 mil millones para 1.1 millones de personas, lo que da 185 mil pesos promedio durante el año, que es 2.6 veces lo que recibe un trabajador del sector privado. Ah, pero si el trabajador no es del gobierno así nada más, sino del mismo Seguro Social, en el llamado Régimen de Jubilaciones y Pensiones, el ingreso promedio en 2018 fue de 288 mil pesos, cuatro veces lo que reciben los asegurados del IMSS, que pagaban los sueldos de estas personas.

Si el trabajador fue de Pemex, el ingreso anual fue de 610 mil pesos, promedio. Y en la CFE alcanzó 914 mil pesos. Ocho y trece veces lo de un trabajador del sector privado. El peor caso es el de Luz y Fuerza del Centro, que ya está extinta, pero cuyas pensiones seguimos pagando, y deben rondar 16 veces las de los privados.

El segundo problema es que todo esto debe pagarse de impuestos. En 2019, el monto destinado a este rubro fue de 746 mil millones de pesos, a lo que deben sumarse las cuotas patronales del gobierno al ISSSTE, y dan el total de 796 mil millones que en ese año se destinaron a pensiones. Para 2020 serán 872 mil millones.

Este es el segundo problema: no hay reservas para pagar esto, de forma que hay que sacarlo del Presupuesto, año tras año. Si las cosas siguen como van, los máximos se alcanzarán en 2040 para el IMSS, 2035 para el ISSSTE, 2030 para el RJP del IMSS, 2026 para CFE y 2044 para Pemex. Digamos que por ahí de 2040 llegamos al máximo total, que será el doble, en términos reales, de lo que se pagó en 2019.

No es fácil saber cuánto del Presupuesto se llevará este gasto, pero si consideramos que los especialistas estiman que el crecimiento promedio del PIB rondará el 1 por ciento durante los próximos diez años, la proporción actual, 3.6 por ciento del PIB, se elevaría a 5 por ciento para 2030, y 5.5 por ciento para 2040. No es algo inmenso (como sí lo es en Francia, Italia, Brasil, etcétara.), pero considerando que apenas recaudamos 13/14 por ciento del PIB en impuestos, pesa mucho. Mañana le platico lo que sigue.

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