Fuera de la Caja

Rumbo al túnel

La única forma de crecer, en los próximos cinco años, tendría que ser a través de un déficit público, es decir, de deuda, escribe Macario Schettino.

Ayer se publicó el dato de inversión al mes de mayo. Hoy ocurrirá lo mismo con el consumo, mañana con la inflación, y el viernes con la actividad industrial de junio, así como los datos corregidos de la balanza comercial. En términos de actividad económica, el dato de ayer y los del viernes son los más importantes.

Como usted sabe, la inversión ha venido cayendo desde hace algunos meses. Seis de los últimos siete meses (a mayo) han reportado una contracción en términos anuales, que además ha ido creciendo. En abril, en datos originales, la caída anual era de casi -6%, y en mayo fue de -7.4%. Si tomamos una visión más larga, desde mayo de 2015 hasta octubre pasado prácticamente no hubo cambio en la inversión: unos meses un poco más, otros un poco menos, pero el promedio se mantuvo estable. De noviembre para acá, ese promedio es 5% inferior.

Al interior de la inversión hay tres grandes apartados: construcción, maquinaria y equipo nacional, y maquinaria y equipo importados. El primero representa 61.5% del total, lo importado un 23%, y el 15.5% es el equipo nacional. La caída más importante es en construcción, con -9% en mayo, pero los otros dos componentes tampoco están muy bien. Maquinaria y equipo nacional cayó -6% en mayo, mientras lo importado lo hizo en -5%. Todos estos datos también son originales. Si se quita el efecto estacional, no varía mucho la información en esta ocasión.

Para el segundo trimestre de 2019, contamos con los datos de abril y mayo. En esos dos meses, la inversión en su conjunto cae -6.6%, la construcción prácticamente lo mismo, maquinaria y equipo nacional casi -3%, y lo importado cae -9%. Sin embargo, tenemos ya el dato de importaciones de bienes de capital de junio, que fue espectacular: -21.2%. Esto significa que durante el primer trimestre la caída en maquinaria y equipo importados será cercana al -13%.

Para estimar construcción, lo más que podemos hacer es asociar el comportamiento de construcción no residencial al gasto de inversión física del gobierno. No es lo mismo, pero su comportamiento es parecido. En junio, según los datos de Hacienda, se gastó un poco más que en los dos meses previos, de forma que será razonable esperar una ligera mejoría en esta parte de la construcción. Como sea, para el trimestre completo estaremos cerca del -8%. En construcción residencial también hay señales de que junio fue mejor que mayo, pero en tasa anual seguiríamos cayendo, -6%.

Con estos cálculos, la inversión fija bruta durante el segundo trimestre del año tendría una contracción de cerca de -8%, en datos originales, tal vez -7% en desestacionalizados. Estos datos estarían en línea con lo que platicamos hace algunas semanas, y ayer recordábamos al revisar el tema de distribución de la pobreza en el país: la inversión cae, y su lugar es ocupado por un superávit comercial. Esto significa que la demanda externa de bienes compensa una parte de la caída de la demanda interna. Más claro: en la actual administración el mercado interno se reduce.

Hasta este momento, todo indica que la causa del menor crecimiento es el desplome de la inversión, que acabamos de documentar. Si ese desplome es producto de la falta de confianza en el gobierno, como muchos creemos, entonces no hay forma de resolverlo durante lo que resta de la administración. Esto implicaría que la única forma de crecer, en los próximos cinco años, tendría que ser a través de un déficit público, es decir, de deuda. Sería un crecimiento sin sustento, y que no podría durar más allá de tres o cuatro años, pero es la única opción. Las decisiones tienen costos, como se ve.

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