Costo de oportunidad

La realidad supera a la ficción

Kamala Harris no será una gran gobernante para los Estados Unidos, pero Donald Trump será verdaderamente terrible.

Estos días de víspera de muertos, como que las cosas se mueren. Hay menos noticias. La conversación pública languidece.

Algunas veces, escribir esta columna es un reto para un servidor. No logro invocar a las musas que inspiran mis atropelladas letras. Son musas, sin duda; ni musos, ni muses. Seguramente habrá quien me “funará”, como dicen mis alumnos de licenciatura, por decir cosas como esa. Igual que cancelan a Kamala por el “progresivismo incluyente demócrata” (¿demo-craté?) de los últimos cuatro años del otoñal tocayo Biden.

Pero nadie cancela al compañero Trump por decir cosas como que la sangre de Estados Unidos está contaminada, o su abierto racismo antimexicano, antiportorriqueño, anticomercio y anti cualquier cosa que no se parezca a sus votantes menos favorecidos de Estados Unidos. Yo juraba que los votantes de MAGA, mago y mague eran solamente los descendientes pobres de escoceses e irlandeses aislados de la civilización en esa selva llamada Midwest. Nada más cerca de la realidad. Los hombres (con “e”) latinos de los Estados Unidos parecen estar abiertamente a favor de Trump. Es como si el discurso nativista antimigración estuviera dirigido a ellos. Estoy en diálogos de WhatsApp donde hay banqueros anglos que lo justifican hasta la ignominia, y que fustigan a doña Harris porque les parece una comunista soviética consumada. Musk rifando cheques de millones de dólares para los votantes de Trump es una historia digna de Nicaragua o Congo, no Estados Unidos. Yo creo que de Musk viene la amenaza de aranceles del cien, o del doscientos por ciento, para los coches ensamblados en México. La única armadora que no tiene fábrica en México es Tesla, y su producto estrella es una carcacha que no puede competir con los eléctricos chinos, según me dice gente enterada del asunto. Eso dará para una columna completa, pero, nadie presta atención.

De este lado sur del Bravo, un amigo, senador en tiempos pasados de la hoy extinta República Mexicana, tiene muchas esperanzas en que el vengador Trump baje hacia el trópico con los marines y la infantería, y resuelva nuestro problema de narcoviolencia. Estamos, como dicen los anglos, entre una piedra y un lugar muy duro. Entre Guatemala y USA-Peor, pero nadie presta atención.

En la izquierda y la derecha, todos estamos ignorando el extremismo. La doctora Sheinbaum, presidenta con “a” de todos los mexicanos, mexicanas, y mexicanes, ya le zumbó al FMI que la violencia no afecta a la economía. Pero, ayer el tipo de cambio tocó los 20 pesos, y se han desacelerado las exportaciones, según datos del INEGI corrrespondientes a septiembre. ¿Alguien presta atención?

Si uno se dedica a la política en estos tiempos, puede salir a medios y decir cualquier cuento, como que las vacas vuelan, o que el gasto público no afecta el desempeño económico, y nadie prestará atención. Hay tropas norcoreanas en el conflicto ucranio-ruso, pero nadie, excepto un par de señores en China y en Europa, están prestando atención. Israel vs Irán se está calentando, pero nadie presta atención. El déficit de los Estados Unidos generará inflación global e incentivos a que países como México, continúen en su fiesta de gasto público expansivo, pero, otra vez, nadie prestará atención.

Me regreso a la elección gringa. Mi sentido arácnido (que no es común) me dice que Kamala no será una gran gobernante para los Estados Unidos, pero que Trump será verdaderamente terrible. Las cosas que platica el Maestro Enrique Quintana en su columna de ayer son aterradoras. La promesa trumpista de perseguir a sus opositores políticos usando el aparato del Estado. McCarthysmo neofascista americano. El hecho de que en su primer paso por la Casa Blanca tuviera una orden ejecutiva redactada para sacar a Estados Unidos del TLCAN, que a escondidas perdió Sonny Perdue, exsecretario de agricultura. La amenaza de bombardear México, y el descontento de los militares de EU por el “gandallismo” trumpista, que reportó The Atlantic. Pelos güeros de punta, ¿no? Pero no. Nadie presta atención.

En una de esas no prestamos atención, porque si lo hiciéramos, nos daríamos cuenta de lo frágil que es nuestra existencia. Y entonces no podríamos celebrar el Día de Muertos normalmente: despreciando todo lo que tenemos y añorando un pasado que no fue mejor.

Espero que a mis musas las dejen salir del Mictlán. Que a Donnie lo espanten en Halloween y pierda la elección.  Nos leemos la semana próxima, si es que alguien está prestando atención.

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