IMCO

Outsorcismos y exorcismos

El 'outsourcing' debe regularse, el 'insourcing' cuidarse y las factureras prohibirse y castigarse.

No vaya a ser que al expulsarte los demonios, el exorcismo destruya lo mejor de ti.- Friedrich Nietzche .

Desde la primera Ley Federal del Trabajo (LFT) en los 20 de siglo XX, el principio rector era: los empresarios, malos, explotan a los trabajadores, buenos, y hay que emparejar el piso. Por eso hay sindicatos, compensaciones por despido, reparto de utilidades (PTU) y otras cosas que son comunes en la era moderna casi en cualquier país (otras no; el PTU es un curiosem solamente mexicano y francés). México fue de los primeros países en tener una legislación laboral 'de vanguardia' marxista: el capitalista le arranca la plusvalía al trabajador. La plusvalía es la única fuente de valor en la economía. El capitalismo deshumaniza al trabajo, y convierte en una mercancía algo que es un derecho humano, que da dignidad.

Así fue como el trabajo se convirtió en algo, como dice la canción, como el cariño verdadero: ni se compra, ni se vende. La expropiación petrolera detonó la resistencia de las empresas privadas del ramo a finales de los 30 a cumplir con la LFT. Con el tiempo, sindicalizamos lo importante de la economía, como la energía, los ferrocarriles, las minas, los teléfonos, el sector público e industrias importantes que estaban sometidas a contratos ley.

Los sectores más sindicalizados de México empezaron a sufrir problemas de competitividad. Algunas ocupaciones se volvieron artificialmente costosas. La mayor parte de la economía se refugió en ocupaciones y tamaños de empresa que no fueran atractivos para los sindicatos. La familia, donde no te pueden armar un sindicato, se convirtió en un vehículo más viable para producir que la empresa. Esa fue la segunda mitad del siglo XX mexicano y lo que va del XXI: un camino hacia la precarización de la actividad productiva en empresas pequeñas, familiares, informales. Santiago Levy lo ha documentado, con información censal, lo ha dicho: en EU, la empresa menos productiva, lo es 16 veces menos que la empresa promedio. En México, la empresa menos productiva, lo es cientos de veces menos que la promedio.

Nuestra seguridad social, ideada por Bismarck para Prusia, es inadecuada para el México moderno. La seguridad social la pagan las empresas formales y la administra al gobierno. No hay suficientes empresas formales, y la administración gubernamental es desastrosa. El sistema fiscal recargado en el Impuesto sobre la Renta (ISR) no ayuda a crear empresas formales. El ISR asalariado (ISRA) es el impuesto de las dos mentiras: no es sobre la renta, y no es para los asalariados. No hay renta si tu salario es de subsistencia. No es para asalariados porque la fuente de beneficios es la misma para la empresa y el trabajador. Es un impuesto a la actividad empresarial. En 2017 Imco documentó que en México el ISRA es alto a partir de salarios muy bajos, lo cual explica por qué producimos y vendemos en el sector informal. Cualquier persona en México que trabaje y gane menos de 10 mil 300 pesos debería tener tasa cero en ese impuesto. Todos los servicios que en teoría le provee el IMSS, deberían ser universales y fondeados por IVA e impuestos al consumo. IVA y IEPS deberían tener tasas que permitan pagar la seguridad social y hacer transferencias a los más pobres.

El outsourcing es un esquema donde una empresa especializada contrata trabajadores y los pone al servicio de un tercero. El insourcing es una tercerizadora de una empresa o corporativo, diseñado para no pagar PTU, no tener sindicato y separar a los trabajadores del capital, para que en una quiebra o en un litigio los trabajadores no se lleven el capital acumulado. Estas dos pueden ser modalidades de disminución de costos por vías legales y semilegales, elusión de obligaciones laborales, fiscales y de seguridad social. La facturera muchas veces se hace pasar por un outsourcing o insourcing. Esta última es un sistema descarado de evasión de obligaciones.

En nuestras leyes laborales y fiscales está la explicación de por qué no hay muchas empresas formales en México, y por qué las que existen no crecen o no duran. También explican parcialmente por qué no hay suficiente crédito a la actividad empresarial.

Outsourcing debe regularse. Insourcing debe cuidarse. Factureras deben prohibirse y castigarse. Al lavar la bañera, se nos está yendo el bebé con todo y agua. Si ya van a meterle mano a la ley laboral y a casi todos los ordenamientos fiscales, hagamos una reforma fiscal bien hecha. Háganle caso a Levy y al Imco.

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