A partir de mediados de 2022, el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha mantenido una comunicación orientada a convencer al público de su compromiso por regresar la inflación anual al objetivo de 2.0 por ciento.
Esta convicción se concretó en un acelerado incremento del intervalo objetivo de la tasa de interés de referencia, hasta fijarlo en 5.25-5.50 por ciento desde julio 2023 y, en meses recientes, se ha manifestado en la resistencia de este Banco Central a cantar victoria prematura respecto de la obtención de la meta.
En cualquier país, la comunicación puede ser una herramienta potente para la efectividad de la política monetaria, si se realiza de forma clara y congruente. Los comunicados del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de junio pasado, así como los discursos del presidente Jerome Powell en esa ocasión y en su comparecencia ante el Congreso la semana pasada representan un buen ejemplo de ello.
De las últimas declaraciones del Fed, pueden extraerse cinco grandes mensajes, los cuales, salvo mínimos matices, conservan la esencia de comunicados anteriores.
Un primer mensaje consistió en la reiteración de que, aunque ha descendido, la inflación se mantiene ‘elevada’. Al respecto, los participantes del FOMC manifestaron su preocupación “de que la elevada inflación siguiera perjudicando el poder adquisitivo de los hogares”.
El dato más reciente de la variación anual del Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE), indicador preferido del Fed, que corresponde a mayo pasado, se ubicó sólo seis décimas de punto porcentual por arriba de la meta. Sin embargo, este Banco Central prefirió subrayar la discrepancia con el objetivo, así como su determinación de seguir persiguiéndolo, no sólo porque es su obligación, sino porque el peligro de mayor divergencia puede tener costos sociales significativos.
Un segundo mensaje residió en que el apretamiento laboral ha disminuido, tomando en cuenta la tasa de desempleo, que en junio de 2024 ascendió a 4.1 por ciento, la más alta desde diciembre de 2021, así como otros indicadores. Según el presidente Powell, “las condiciones del mercado de trabajo se han enfriado pero se mantienen fuertes”.
Este señalamiento es importante porque, aunque desde mediados de 2022, la política monetaria se ha enfocado al combate de la inflación, el mandato dual requiere no descuidar el objetivo de ‘máximo empleo’. Además, el Fed considera que, si bien no es la causa de la inflación, el apretamiento laboral puede retrasar el progreso hacia la meta de estabilidad de los precios.
El tercer mensaje consistió en que, durante el segundo trimestre de 2024, parece haberse retomado la trayectoria de desinflación, la cual se vio interrumpida durante el trimestre previo. El Fed calificó esta evolución como “modestos avances hacia la meta”.
Para comprender la valoración positiva reciente del Fed sobre la inflación, los siguientes datos pueden ser de utilidad: la variación mensual del PCE descendió en abril y mayo y fue cero en este último mes; y la del Índice de Precios al Consumidor (CPI) cayó a 0 y -0.06 por ciento en mayo y junio, respectivamente, los ritmos más bajos desde agosto de 2021.
El cuarto mensaje ratificó la cautela del Fed. Una vez más, este Instituto Central señaló que “el Comité no cree que sea apropiado reducir el rango objetivo (de la tasa) hasta que haya ganado mayor confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el 2 por ciento”. Este Banco Central consideró que necesita más “datos buenos” que fortalezcan esta confianza.
La prudencia del Fed parece responder a que las lecturas favorables de inflación son todavía escasas y podrían ser seguidas de otras menos alentadoras. Incluso varios participantes del FOMC observaron que si la inflación “persistiera en un nivel elevado o siguiera aumentando, tal vez sería necesario aumentar el rango objetivo de la tasa de Fondos Federales”.
Dada la fortaleza de la economía, el Fed ha mostrado no tener prisa y ha reflejado el deseo de que un recorte en la tasa de política monetaria sea el inicio firme de un ciclo de bajas, que no enfrente la necesidad de incrementos subsecuentes. Aunque las circunstancias son distintas, el Fed busca evitar el error de un aflojamiento precoz, como el que ocurrió hace más de cuatro décadas, cuya corrección implicó dos recesiones seguidas.
El quinto mensaje consistió en el pronunciamiento de Powell en su comparecencia ante el Congreso de que, a la luz de los avances en bajar la inflación y enfriar el mercado laboral, permanece el riesgo de reducir la restricción monetaria “demasiado tarde o demasiado poco”. Si bien esta aseveración parece anunciar un inminente inicio de la fase de bajas de tasa, tal eventualidad sigue condicionada a la obtención de más “datos buenos”.