Administración de Riesgos Financieros KPMG en México

5 desafíos en la implementación de open banking para el sector financiero

Open banking implica la capacidad de un tercero de tener acceso a la información de una persona, bajo su explícita autorización, para ofrecerle productos o servicios que mejoren su experiencia en el ámbito financiero.

Maricarmen García

Open banking implica la capacidad de un tercero de tener acceso a la información de una persona, bajo su explícita autorización, para ofrecerle productos o servicios que mejoren su experiencia en el ámbito financiero. En México, esta iniciativa es impulsada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que busca ser un catalizador de la innovación, la competencia y la transparencia en los servicios financieros.

Los clientes están empezando a priorizar su experiencia sobre cualquier otro tema, y ahí radica la importancia de generar productos y servicios alineados con sus necesidades. En este sentido, open banking permite a las instituciones financieras conocer los patrones de comportamiento de sus clientes.

El eje que las guía en este trayecto son los datos que, en lugar de ser utilizados como una herramienta reactiva, se aprovechan para impulsar la estrategia y la planificación proactivas. De acuerdo con el estudio Perspectivas de la Alta Dirección en México 2021, 75% de los encuestados comentan que la gestión de datos será uno de los habilitadores para mejorar la competitividad.

Diversas compañías han decidido invertir en una democratización conectada de los datos dentro de sus organizaciones, al darse cuenta de la gran cantidad de información que se produce y se obtiene actualmente.

La transformación digital (especialmente mediante una mayor automatización inteligente) desvanece las barreras que separan a las áreas de recursos humanos, finanzas, compras, entre otras, para crear una empresa conectada. Por ello, la gestión de datos debe ser una filosofía fundamental de la institución.

Los reguladores en el Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Argentina, Nigeria, Hong Kong, Japón, Taiwán, entre otros, han trabajado para establecer requerimientos regulatorios relacionados con el intercambio de datos, así como lineamientos que permitan operar en un ambiente de riesgos controlado.

El gran reto para los reguladores es la generación de directrices que contemplen la capacidad para seguir innovando, sin perder de vista las medidas de seguridad y privacidad de la información, así como la equidad entre participantes.

Mediante la Ley Fintech, México ha generado una gran oportunidad para que las instituciones aceleren la adopción de open banking. Las ventajas de cumplir los requerimientos normativos incluyen no únicamente evitar sanciones o multas, sino también mejorar la flexibilidad empresarial y la toma de decisiones, impulsar la productividad, generar eficiencia y reducir el riesgo.

Aunque los requerimientos regulatorios aún no sean claros, las compañías no pueden esperar a que estos sean definidos en su totalidad, ya que podrían quedar rezagadas. Entre los principales desafíos al implementar open banking destacan:

• Priorizar un enfoque comercial por encima de un enfoque de cumplimiento, identificando las oportunidades que permitan capitalizar el esfuerzo realizado en torno a la iniciativa, a fin de minimizar la fricción para los clientes y ofrecerles una mejor experiencia.

• Generar capacidades técnicas y operativas, principalmente en application programming interfaces (API) y analíticos, así como en ciberseguridad.

• Crear API abiertas sobre sistemas que se habían mantenido cerrados.

• Generar confianza en los clientes implementando controles para mantener la privacidad de la información.

• Convencer a los usuarios de los beneficios de compartir sus datos, como la personalización y un mejor servicio, derivados de conocer sus circunstancias particulares. Las instituciones financieras pueden reactivar la sensación de cercanía y confianza que se ha perdido con la masificación, y ofrecer productos cuando el cliente los necesita, acelerando trámites como las reclamaciones.

El regulador en México ha asumido el liderazgo, adoptando las mejores prácticas de distintas regiones y fijando fechas de cumplimiento. Es momento de que las organizaciones exploren los beneficios de gestionar la información para estar abiertos a la creación de nuevos modelos de negocio, tomando la delantera en el desarrollo de aquellos que resulten más rentables.

Estamos en un momento de coyuntura, en el cual quien ofrece una mejor experiencia de servicio genera mayor atracción. Atrás queda la idea de mantener una integración totalmente vertical: el ecosistema Fintech ha madurado para construir una forma de llegar a más clientes de formas novedosas sin que eso represente perder sensibilidad hacia sus necesidades.

Aunque al principio las instituciones financieras identificaban a las Fintech como un potencial competidor, hoy se deben ver como aliados que van juntos hacia la creación de nuevos productos y servicios.

Saber cómo embonar las piezas y hacer que funcionen dentro y fuera de la organización, atendiendo las demandas de seguridad, cumplimiento y riesgos, sin perder el enfoque en el cliente, requiere ojos frescos y experiencia previa; en ese sentido, el acompañamiento especializado ayuda a las empresas a lograr sus objetivos de transformación y, de esta manera, alcanzar resultados confiables.

Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son de la autora y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.

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