El anuncio realizado por Ecovative la pasada semana, en el sentido de que abrirá sus patentes de MycoComposite para uso generalizado, ha tomado por sorpresa al mercado. Para entender esta decisión es necesario repasar algunos de los antecedentes.
Ecovative es una de las empresas líderes en el mundo en investigación relacionada a hongos, particularmente en desarrollo de nuevos materiales. Como se sabe, existe en el mundo un creciente interés por el diseño de productos psiquiátricos a partir de sustancias psicodélicas, que está generando la nueva frontera en esta materia. En el caso de Ecovative, su centro de interés es otro, logrando avances sorprendentes con materiales sustitutivos del plástico.
El llamado MycoComposite es un material renovable formado por una mezcla de micelio de hongos y fibras naturales trituradas. El micelio es una estructura de los hongos similar a una raíz, que forman una red bajo el suelo o en la propia superficie. Este material renovable se encuentra libre al 100 por ciento de químicos eternos y se emplea en construcción y embalaje con resultados sobresalientes.
Con esos antecedentes, ¿qué puede llevar a una empresa de innovación a abrir el acceso de sus patentes estratégicas? La principal razón que promueve que ciertas empresas tomen esta decisión suele estar salpicada por dos elementos. El primero es un real sentido de colaboración que las organizaciones de nueva generación empiezan a observar dentro de su ideario; el otro, la intención de que una determinada tecnología, particularmente relevante, sea utilizada también por los competidores a fin de convertirlo en una tendencia en un sector. Hay que recordar que esta estrategia siguió Phillips con el CD, que a la postre fue un estándar en el que esta empresa fue dominante por muchos años.
De momento, la apertura de las patentes solo incluye el territorio europeo, por lo que cualquier utilización de los materiales patentados fuera de esos límites requiere de las licencias correspondientes. Otra razón que explica una posible apertura de patentes se presenta cuando la propietaria de la tecnología ha avanzado tanto que ya cuenta con tecnología mejorada y puede liberar la que va dejando atrás.
El asunto es relevante para México desde varios puntos de vista. Nuestro país tiene una larga tradición en uso de hongos en diversas formas, teniendo en nuestro territorio una enorme variedad de los más utilizados en el mundo. Diversas investigaciones corren ya en el área de productos fármaco-psicodélicos, pero poco se observa en el importante campo de materiales amigables con el medio ambiente. Los materiales ecológicos están representando una gran oportunidad para innovadores de países emergentes, por lo que no participar significa dejar pasar una enorme oportunidad de ser protagonistas en este enorme mercado.
De hecho, la protección jurídica que aloja este tipo de tecnologías ha sido designada como “patentes verdes”, mereciendo un tratamiento especial que recibe apoyos particulares del Estado. Una consiste en una tramitación acelerada que permite que los efectos de la patente faciliten su puesta en práctica con rapidez, pero además, en todos los países en los que existe este mecanismo las patentes verdes pueden acceder a apoyos gubernamentales para desarrollo de prototipos y escalamiento. Ausente este mecanismo de nuestra ley, sería tiempo de impulsar una reforma.