Un reciente reporte de la oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), concluye que la piratería de ciertos productos elaborados en México representa un riesgo para la salud y la seguridad de los consumidores en ese país. Como parte de la investigación, el reporte identifica una lista de “mercados notorios” que son facilitadores del tráfico de esta clase de productos, entre los que destacan La Cuchilla en Puebla, San Juan de Dios en Guadalajara y Tepito en la Ciudad de México.
Parte de los riesgos involucrados en el consumo de ciertos productos tiene que ver con la baja calidad de los materiales empleados y su manufactura, obviamente alejada de la regulación aplicable. Entre los artículos señalados se encuentran bebidas como el tequila, suplementos y medicamentos falsificados.
De hecho, la lista de “mercados notorios” es parte del reporte especial de la sección 301, que es publicado cada año por la USTR y mide los niveles de observancia de los socios comerciales de Estados Unidos en materia de propiedad intelectual. Esta regulación habilita a sus autoridades para aplicar sanciones comerciales cuando los niveles de respeto a derechos de este tipo bajan a niveles graves. El informe analiza, tanto mercados en línea como físicos, que violan derechos de autor y falsifican marcas.
En el caso de los mercados mexicanos señalados como facilitadores de piratería, el informe destaca la reducción significativa de redadas para decomisar productos falsificados y procesar a los responsables. Esta impunidad repercute sensiblemente en el incremento de actividades ilegales que crecen al amparo de un comercio informal cada vez más presente en diversas plazas de nuestro país.
En el caso de los mercados que operan bienes falsificados en México, la lista incluye principalmente ropa, calzado deportivo, artículos de belleza, películas, software, videojuegos, consolas modificadas, y de manera muy significativa los dispositivos para elusión de juegos electrónicos. Tan solo un mercado como La Cuchilla concentra 50 bodegas de productos falsificados y más de 120 puestos que los comercializan.
Más allá de señalamientos y amenazas de sanciones, los datos que aparecen en el informe de la USTR nos deberían preocupar internamente. México sigue escalando posiciones como un país en el que las infracciones de derechos de propiedad intelectual no se sancionan, y si los titulares de marcas o derechos de autor presentan menor número de denuncias es por la baja eficacia que el sistema les reporta. Las consecuencias nocivas del comercio informal son múltiples y difíciles de revertir. Pensar que la piratería solo afecta a empresas extranjeras dueñas de marcas famosas es un error de enfoque. Hay cientos de creadores y Pymes mexicanas que ven frustrado su crecimiento por el parasitismo de la copia ilegal, y la ineficacia de los procedimientos legales disponibles para remediarlos.