Mauricio Jalife

Sheinbaum y la Propiedad Intelectual

La propiedad intelectual es una palanca para el desarrollo en economías emergentes, y para las grandes es uno de los pilares de su fortaleza y liderazgo.

Allá por septiembre del año pasado, cuando se perfilaban Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez para contender por la Presidencia, publiqué en este mismo espacio una reflexión acerca de los aspectos que, en materia de Propiedad Intelectual, cualquiera de las candidatas tendría que tomar en cuenta si pretendía apostar por la innovación y la creatividad en su plan de gobierno.

Aunque usted no me lo crea, no me hicieron caso. Seguí con atención sus discursos y propuestas y nunca hablaron de temas ‘de fondo’, más allá de promesas generalistas en materia de educación y de condiciones favorables para la actividad empresarial. Por su formación profesional, esperaba de ambas un pronunciamiento decidido hacia temas de tecnología, pero al final pudieron más las recomendaciones de sus mercadólogos de la política, que suelen insistir en mantener el discurso en un nivel básico. Doy a continuación algunas pistas del porqué hoy es importante que CSP volteé a ver la Propiedad Intelectual como un aliado de su gobierno:

1. La Propiedad Intelectual ha constituido una palanca de cohesión y desarrollo en economías emergentes. Casos como el de Japón de la posguerra, Corea de los últimos 30 años o la China actual acreditan bien esta hipótesis; y para las grandes economías, la Propiedad Intelectual es uno de los pilares de su fortaleza y liderazgo.

2. Elevar nuestros niveles de observancia de esta clase de derechos constituye el mejor argumento para atraer inversión extranjera. En el caso de nuestra relación con Estados Unidos, dar cumplimiento a las obligaciones asumidas en este tema en el T-MEC sería un punto de la mayor relevancia para mantener la relación en un mejor nivel. Además, un sistema sano de Propiedad Intelectual es un requisito fundamental para favorecer la tendencia del nearshoring.

3. Para grandes grupos de jóvenes mexicanos innovadores, particularmente universitarios, la posibilidad de crear una empresa basada en una patente de una invención creada por ellos se vuelve un camino fértil y viable, que encuentra en ese punto el apoyo necesario para incubar y desarrollar proyectos ganadores. Eso convierte al sistema de Propiedad Intelectual en un poderoso aliado para dar impulso a miles de nuevas empresas en México.

4. A partir de cambios recientes de leyes en nuestro país, sectores marginados de los beneficios de los derechos de Propiedad Intelectual hoy son protagonistas activos en figuras como las indicaciones geográficas, las denominaciones de origen y los derechos culturales inmateriales de las comunidades indígenas. En este momento, la gran producción artesanal de nuestro país, y los productos tradicionales incluyendo bebidas espirituosas y gastronomía, son objeto de una renovada protección que favorece la construcción de cadenas productivas en regiones y grupos que requieren de rutas claras y apoyo bien articulado para su desarrollo.

5. Las microfranquicias representan una alternativa inmejorable para sumar a amplios sectores al emprendimiento sobre bases estructuradas, incluso en zonas rurales y apartadas, dotando a los beneficiarios de programas sociales de alternativas de negocio sustentables. La Propiedad Intelectual subyace a las propias cadenas productivas y, precisamente por eso, su papel en cualquier plan de desarrollo debe favorecerse como estratégico.

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