Mauricio Jalife

Se sienta Cofece en junta de dueños del futbol

Mauricio Jalife analiza la investigación que lleva el regulador de competencias sobre las prácticas que realizan las empresas que manejan a equipos de futbol en México.

La investigación que ha iniciado la Cofece de diversas conductas desplegadas por las empresas que manejan equipos de futbol de primera división, y por la propia Federación Mexicana de Fútbol, anticipa ser una de las de mayores repercusiones jurídicas y mediáticas de cuantas ha realizado el ente regulador de la competencia en el país.

Muchos son los elementos que en este caso dotan de especial relevancia la actuación de la autoridad. El principal ingrediente del análisis parece dirigirse a la impunidad rampante de la que tradicionalmente ha gozado este sistema de regulación del futbol mexicano, que ha alcanzado un envidiable régimen de excepción. En materia laboral, por ejemplo, las prácticas del llamado "régimen de transferencias" desafían abiertamente disposiciones legales primarias, y el "pacto de caballeros", acuerdo no escrito de directivos para "congelar" a determinados jugadores que no se plieguen a las políticas, destaca como una de las violaciones más flagrantes a derechos humanos.

En la parte fiscal, los dobles contratos también representan una de las practicas mas repudiables del gremio, que de esa forma muestra la parte más irresponsable de su actividad empresarial, produciendo un contrato para formalizar el convenio ante las autoridades, y otro para regular los acuerdos "complementarios" entre jugador y empresa. Bajo esta óptica, otro tipo de temas polémicos del fútbol mexicano, como la multipropiedad de equipos de la misma división y el acceso a derechos de televisión de la selección nacional, tendrían que ser revisados, así como la intervención de la difusa figura de los "representantes deportivos".

Llama la atención que la primera declaración de "los dueños", sea que responderán a la investigación de la autoridad "cerrando filas". Alguien debe avisarles que, justamente, los frentes comunes y los acuerdos entre competidores son algunas de las prácticas mas repudiadas por la ley de competencia y por la autoridad reguladora. Pero claro, no es fácil dejar atrás los códigos que a lo largo de muchas décadas han prevalecido en la industria de las patadas.

Muchas de las prácticas aludidas no son privativas del fútbol mexicano. De hecho, la propia FIFA se encuentra en un proceso para dotar de transparencia y credibilidad a la organización, luego de haber tocado fondo con los escándalos de asignación irregular de los mundiales de Rusia y Qatar.

Es predecible que, llegue a donde llegue la investigación de Cofece, a partir de la misma las prácticas de la FMF y los equipos se transformen radicalmente en el futuro, desterrando muchas de las conductas que constituyen acuerdos anticompetitivos. La isla que representaba la FMF, tendrá que tender puentes con la realidad jurídica que impera en el país, poniendo fin a la era de excepciones y privilegios que por décadas la definieron.

Además, no debemos olvidar que los alcances mediáticos del futbol permitirán mandar un mensaje disuasivo a otros sectores que comparten los mismos postulados operativos, y que bajo esta condición pudieran reaccionar preventivamente. Una manera más de enfatizar el viejo deseo del "nadie por encima de la ley".

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