Mauricio Jalife

Siguen creciendo las patentes en el mundo; siguen decreciendo en Latinoamérica

El reporte anual de innovación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual confirma cambios profundos en el control del conocimiento de alto valor económico.

El reporte anual de innovación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, aún y cuando no contiene sorpresas, sí confirma tendencias que anticipan cambios profundos en el control del conocimiento de alto valor económico. Este enunciado se constata por la información que ubica a los países de Asia como receptores de más de dos terceras partes del total de solicitudes de patentes, marcas y diseños industriales que se producen en el mundo. Asimismo, China repite como principal usuario de los sistemas de protección, habiendo recibido su oficina de patentes más de un millón y medio de solicitudes en 2018.

Un dato duro, que revela la fuerza del sistema mundial de propiedad intelectual, es que el total de solicitudes de patente presentadas en el mundo ascendió a 3.3 millones en el periodo, incrementando en 5.2 por ciento el número de 2017, siendo el noveno año con alzas consecutivas. En el caso de marcas el número superó los 14 millones de solicitudes, reflejando que la pretensión empresarial por apropiarse de tecnología novedosa y generación de distintividad siguen siendo elementos esenciales de la fórmula de competitividad de las empresas.

La parte preocupante del estudio es la que corresponde a los países de la región latinoamericana, que en su conjunto pasaron, de un ya de suyo muy bajo 3.1 del total mundial, a solo 1.7, lo que prácticamente nos sume en el renglón de la irrelevancia. Nuestro país también presenta bajas, para ubicarse con solo 16 mil 400 solicitudes de patente recibidas entre las nacionales y las extranjeras. A la luz de los números de China, Corea o India, la situación debería ser motivo de atención.

Como lo hemos repetido, si este fuese un simple concurso de números no tendríamos de qué preocuparnos, pero en realidad este índice reporta fielmente uno de los factores de mayor desempeño en una economía, porque es resultado de decisiones de dos o tres décadas previas, y que al mismo tiempo augura esos resultados hacia el futuro. Los países que alcanzan estas cifras siempre tienen como común denominador inversiones consistentes orientadas a ciencia y tecnología, y colaboración intensa de los sectores público y privado para la generación de patentes.

En este mismo momento, debemos poder monitorear el número anualizado de solicitudes de patente presentadas en el país, porque nos brindaría un indicio de cómo está la percepción de México como destino de inversión extranjera. Quien tramita una patente en un determinado país, está planeando invertir en ese territorio en los próximos 15 años, lo que otorga una medida muy acertada del sentir de los inversionistas extranjeros en el mediano plazo.

Cuando en nuestro país escuchamos del gobierno federal que se deben atacar las causas de la delincuencia, no se puede estar más de acuerdo. En lo que disentimos es en los medios, ya que no basta generar experiencia en los jóvenes o dar apoyos a través de diversos programas. La única fuente sustentable de riqueza es la producida por las empresas, y para que esa riqueza se produzca nuestras corporaciones deben ser competitivas, y para ser competitivas deben ser innovadoras. Esta simple secuencia de hechos, está siendo ignorada y la realidad nos está mostrando que deberíamos regresar a las bases de bienestar de cualquier sistema económico basado en crecimiento y mejora continua.

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