¿Cómo es que el entrenador más buscando por equipos y Selecciones de varias partes del mundo termina en el peor conjunto de una Liga aún en desarrollo? La respuesta la tienen Matías Almeyda y su promotor, quien se encargó de difundir rumores al por mayor durante estos meses.
Sólo el tiempo dirá si el argentino ha retrocedido con esta decisión, y cabe el beneficio de la duda cuando hablamos de un país donde el deporte es uno de los grandes motores económicos y donde la visión a largo plazo, además de existir, es casi siempre certera y formal a comparación de nuestro futbol, donde lo más importante es el resultado del fin de semana y donde la palabra "proceso" es una herramienta decorativa.
Si le ofrecieron cuatro años es porque hay un proyecto serio, ya que los norteamericanos no se amarran a contratos sin tener algo sustentable, así que en ese sentido bien vale la pena apostarle al futuro a una Liga como la MLS que sigue siendo, deportivamente hablando, inferior a la de México, pero con la marcada diferencia que sabe perfectamente qué ruta tomar para posicionarse en algunos años como una de las más poderosas del mundo, nivelando el poder adquisitivo con el nivel futbolístico, algo que claramente no se ha logrado en nuestro circuito.
Lo cierto es que Almeyda parecer aterrizar donde pudo más que donde quiso, eso está claro ya que siempre manifestó su deseo de dirigir a la Selección Nacional, misión que terminó siendo imposible después de su turbulenta salida de Chivas, aunque en el equipo, en voz de José Luis Higuera, esto es mentira.
Sea como sea, resulta lamentable que un técnico como él haya tenido tan pocos espacios de trabajo en un futbol como el nuestro, tan poco selectivo en lo que trae de afuera y donde las causas parecen ser más políticas que deportivas.
Y cierro como inicié, sólo el tiempo dirá, por lo pronto la Selección Mexicana ha perdido, ya de manera oficial, otro candidato de los que se etiquetan como "natural".