No creo mucho en aquello de las "derrotas a tiempo" pero, en este caso particular, me apegaré a la vieja frase tomando como ejemplo el caso del equipo León que cayó hace dos semanas con el Guadalajara y representó ponerle fin a una racha de 12 victorias consecutivas, una marca histórica.
Y podemos decir que fue una caída oportuna toda vez que se ha jugado una fecha más y el León volvió a ser como lo pintaban: agresivo, capaz, contundente y ganador, es decir, no hubo ningún daño colateral, sólo la derrota.
León entra como favorito a la Liguilla, está claro, pero haber perdido la racha hace 15 días les desprende, lo acepten o no, de una carga extra, y por su estado actual, individualidades y capacidad colectiva, es amplio favorito para echar a Tijuana. Hoy ya no le ocupa la racha, ya no se habla de ella, sólo del intento por obtener el trofeo.
En los demás enfrentamientos no encontramos consideraciones contundentes que nos obliguen a pensar que algún equipo no tiene elementos para pelear. Por ejemplo, Pachuca, un equipo bien reforzado que ofreció pasajes de muy buen futbol, aunque la gran duda recae en su debilidad cuando sale de casa al no lograr una sola victoria, por lo que su gran esperanza está depositada en sacar ventaja en su estadio, donde, por cierto, tiene marca perfecta con ocho victorias y 21 en la diferencia de goles.
Inclina la balanza a favor de Tigres su calidad individual, la nómina. Sólo eso.
El otro regiomontano también tiene más elementos que su rival, que independientemente de la gran sorpresa que fue el equipo del Bajío, Necaxa debería ser considerado como la gran revelación del torneo: un equipo solvente que saca provecho de las condiciones de su plantel, tan es así que se mantuvo en zona de Liguilla desde que arrancó el torneo. Pero cuando analizamos los planteles, es indudable que Monterrey tiene más alternativas, además de gozar de cabal salud colectiva y emocional después del título obtenido en casa frente a su vecino.
Y claro está que la serie más atractiva es la de América y Cruz Azul, no porque sus capacidades colectivas así nos hagan pensar, que no son nada despreciables, pero se inclina todo por el morbo. Si bien es cierto que Cruz Azul ha sido más consistente, más estable y cuenta finalmente con un goleador enrachado, cierto también es que nada importa cuando se trata de una fase de eliminación directa y mucho menos, cuando se trata de América, equipo al que le asiste el amor propio, el coraje y momentos de inspiración que pueden catapultarlo lejos.
El rival de Cruz Azul está enfrente, sí, pero tiene otro en la cabeza, ese mismo que lo ha derrotado una y otra vez.
Imposible dar un favorito, pero si se tratara de un asunto de confianza, América tiene más crédito.
¡He dicho!