Jesús Corona ha desafiado su futuro tricolor, así de simple.
Lo delicado no es negarte a la Selección de tu país, ya que siempre he creído que no debe ser obligatoria la asistencia. Como invitación, el futbolista tiene el derecho a declinar, claro, aunque deja abierta la puerta para que otras consideraciones que no sean futbolísticas condicionen una nueva convocatoria.
Al Tecatito le salieron los "caguamones" y decidió no asistir a la concentración, ignorando la petición del entrenador.
Podría ser un asunto de fondo, sí, pero es más de forma, y más que la comunicación, fallaron las intenciones y los deseos, ya que el jugador que quiere estar con su Selección se sube al avión y listo; y el que quiere, pero no puede, respalda su frustración con la documentación médica correspondiente; así, sin darle vueltas como las que tampoco requirió el entrenador para abordar el tema: sin recados ni dobles discursos que buscan cuidar al jugador y el ambiente grupal; una vieja y errónea práctica en situaciones como esta.
El mensaje es directo para Corona, pero le sirve al resto del grupo para entender y asimilar las nuevas reglas del juego.
Y créame, no es necesario un reglamento que contemple sanciones, ya que no existe obligatoriedad en una convocatoria de Selección. La decisión debe ser exclusiva del entrenador sin la necesidad de tipificar los casos para proceder con un castigo. Basta y sobra con la evaluación del técnico. Con o sin reglamento, es el entrenador quien debe tener la última palabra.
Bienvenida la apertura y la transparencia en el discurso, es un buen inicio.