Son pocos los jugadores mexicanos en el extranjero que pueden presumir regularidad. Eso de la titularidad sin discusión es privilegio de muy pocos, y en ese selecto grupo está Raúl Jiménez, un delantero de enormes condiciones que se abre camino en la llamada mejor Liga del mundo, la inglesa, tesis que se sustenta con la calidad general de la Liga, el nivel de competencia y la paridad en la zona principal de la tabla, ya que a diferencia de España, Italia, Alemania, Holanda, Portugal y algunas otras, el título tiene permanentemente más de cinco aspirantes serios. Eso, entre muchos otros factores, además del deportivo, hacen de la inglesa la mejor del mundo.
Brillar ahí comprende un mayor grado de complejidad, más aún cuando el equipo en el que participas es de recién ascenso y con presupuesto limitado, por lo mismo, el trabajo realizado por Raúl Jiménez permite establecer que es el mejor futbolista mexicano en la actualidad.
No se trata simplemente de revisar los números para ver quién tiene más minutos jugados, más goles o asistencias, el ejercicio comprende un mayor análisis que el estadístico. Y que no se malinterprete, no pretende este texto restarle mérito al fantástico momento y la enorme calidad de Hirving Lozano, tampoco al liderazgo ejercido por Héctor Herrera en el Porto, por ejemplo. Tampoco de una competencia directa entre mexicanos en el extranjero, morbo o generar comparaciones inservibles, pero sí de valorar mas a quien de suplente en Portugal pasó a titular indiscutible en Inglaterra.
Se trata de ser más justos en juicio y la opinión con quien ha esperado pacientemente su turno en Selección Mexicana, que ha guardado bajo perfil y deposita sus esfuerzos mediáticos en la cancha más que en las redes sociales.
Debería ser este año el que tanto ha esperado Raúl Jiménez, y Gerardo Martino debería ser el promotor principal de ello.