En apenas un puñado de días, podemos ver el estruendoso año que será 2023 y cómo se han comenzado a mover las brújulas de nuestra sociedad. Pongo sobre la mesa de análisis cinco aspectos que considero cruciales para los próximos once meses y medio que vienen.
1. No podía arrancar peor el año para Claudia Sheinbaum, después de lo sucedido en el fatal accidente de la línea 3 del Metro, ya que durante el segundo semestre de 2023, se define por medio de encuestas al candidato o candidata por Morena, partido que tiene hoy todas las de ganar. Se hizo presente la premonición del presidente López Obrador, de que quien cometa actos abusivos, en relación a los actos adelantados de campaña, se le regresaría como un boomerang.
Y es que a la jefa de Gobierno #EsClaudia, la pillaron fuera de sus responsabilidades en el peor momento, y como los vagones, chocó consigo misma. Mientras iba a Morelia a hacer proselitismo, nuevamente el Metro colapsaba. Lamentable para ella, pero peor para la joven universitaria que murió, y las decenas de heridos.
Sheinbaum ha demostrado soberbia, falta de sensibilidad, pero, sobre todo, de paciencia. No aprendió la lección, a pesar del regaño propiciado por López Obrador, en mañaneras previas, cuando comenzaron a aparecer espectaculares de ella en flagrante violación a las leyes electorales. Ha demostrado muchos descuidos en el gobierno de la capital, y su apuesta de colgarse de la imagen del presidente, ha comenzado a marchitarse.
2. La detención de Ovidio Guzmán, fue una importante acción del presidente López Obrador y las Fuerzas Armadas de México. Su detención era obligada para derribar el mito de que pactaba con el Chapo y familia, y que su política de abrazos y no balazos no sólo era un eslogan que demostraba debilidad. Con la captura de uno de los Chapitos demostró que tiene estrategias que van más allá de las buenas intenciones de humanizar a grupos del crimen organizado.
A pesar de las contradicciones que se han presentado en los informes oficiales: que si el Ejército se topó de manera coincidente con el convoy que transportaba a Ovidio Guzmán; o bien, que llevaban seis meses los trabajos de inteligencia para su captura, lo trascendental ahora, es que ya está tras las rejas, y que el gobierno de México, a través del Ejército, constató que tiene la capacidad de enfrentar con superioridad a los bien armados grupos del crimen organizado. Lo que sigue es extraditarlo cuanto antes a EU, como sucedió con su padre, el Chapo Guzmán.
Aunque al mismo tiempo, y regresando a la desnuda radiografía, la detención de Ovidio no quita la creciente preocupación por el desarrollo de las fuertes estructuras del narco, su poder y empoderamiento en los tres niveles de gobierno. Aún quedan pendientes descomunales para vencer al monstruo de cien cabezas; esfuerzo que sólo será posible con la colaboración entre México y nuestro vecino del norte.
3. La reunión trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá llegó en un inmejorable momento, donde quedó claro que los tres países se necesitan más que nunca ante los desafíos globales que al menos una década seguiremos padeciendo. Después de la pandemia por Covid-19, nos ha dejado secuelas de alto impactó en incremento de pobreza, bajo crecimiento económico y una inflación aún apuntalada.
Además, la guerra en Ucrania ha dejado entrever que Rusia y China no aceptarán más el estatus de un mundo unipolar bajo el liderato de Estados Unidos. Ellos ya son parte de los equilibrios geopolíticos, y cuando eso sucede, la unidad y los objetivos comunes regionales son fundamentales para avanzar en bloque.
Habrá muchas concesiones entre los tres países, para ello será clave descubrir en los próximos meses y años, qué ventajas adquiere México en esta dinámica relación, pero también qué ofrece a cambio. Para ganar-ganar se requerirá de un líder que sepa leer las diversas circunstancias que harán de Norteamérica, una de las regiones más poderosas del mundo: armas, extensión geográfica, recursos naturales, población. Pero también de las más caóticas: migración, desigualdad, crimen organizado-consumo de drogas sintéticas.
En este contexto, es fundamental que quien gane la presidencia en 2024, debe ser el más preparado fuera de aspectos ideológicos baratos y sepa catapultar las áreas de oportunidad.
4. La contundente derrota de la ministra Yasmín Esquivel Mossa, a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, después de ser acusada por plagiar su tesis de licenciatura, determina que aún existe cierta independencia entre los diversos poderes del Estado mexicano. El presidente López Obrador ha buscado coptar a sus integrantes en nombre de la “transformación”, pero ese anhelo no es más que violentar la institucionalidad democrática y violar las leyes… sí, justo como lo quería hacer el viejo régimen priista. Ojalá que legisladores, ministros y sociedad civil en general asuman que la autonomía de estas fuerzas, hará de México un mejor país. Eso no significa que no se limpie de la aún corrupción que les escurre, la impunidad y nepotismo.
5. AMLO vive su penúltimo año de gobierno, quizá el más importante, ya que el 30 de septiembre del año próximo concluye su mandato, es decir, le quedan 21 meses en el poder. Pero 2024 va a ser un suspiro para él, donde perderá presencia mediática ante el fulgor que generarán las campañas electorales y el triunfo del nuevo presidente o presidenta. Por ello, este año que inicia será fundamental para presentar resultados, logros y los pilares de su sueño, la cuarta transformación. Dio pinceladas de su regocijo cuando recibió en el AIFA a Biden y a Trudeau, pero ¿tendrá los suficientes argumentos para convencer a la mayoría de los mexicanos? ¡Lo veremos en los próximos meses!
El autor es periodista mexicano especializado en asuntos internacionales.