MIAMI, Florida.- Si el Departamento de Estado y la vicepresidenta Kamala Harris están preocupados por resolver las causas del incremento de la migración ilegal a Estados Unidos, tendrán que voltear a ver a México más que al ‘triángulo del norte’.
La salida de mexicanos a Estados Unidos ha crecido fuera de toda proporción.
No se veía algo así desde el siglo pasado.
Castigados por la pobreza y la violencia, los mexicanos abandonan el país en mayor número que los hondureños, guatemaltecos y salvadoreños (el llamado ‘triángulo del norte’) juntos.
En el año fiscal 2019-2020 fueron detenidos o deportados, en la frontera sur de Estados Unidos, 106 mil migrantes mexicanos.
Pero en lo que va de octubre de 2020 a junio de 2021, han sido detenidos o deportados 479 mil 376 mexicanos. Casi medio millón.
(En ambos casos, una persona pudo ser expulsada más de una vez).
Del millón 109 mil 204 detenidos o expulsados, uno de cada cuatro es originario de ‘países lejanos’, fundamentalmente Cuba, Haití, Venezuela, Ecuador. Los demás son de toda América Central. Y, en primer lugar, México.
La gráfica de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (USBP) indica que el número de ‘encuentros’ (aprehensiones y repatriaciones ipso facto) con indocumentados mexicanos, en junio de este año, creció 236 por ciento en relación con junio pasado.
Y en mayo de este año aumentó en 372 por ciento respecto a mayo del año pasado.
En mayo hubo 70 mil 630 detenciones o deportaciones al instante, de mexicanos que cruzaban ilegalmente la frontera.
Se disparó con respecto a mayo del año pasado, que contabilizó 18 mil 988 casos.
Alguien podrá decir que en 2021 aumentó la emigración porque se relajaron las medidas de confinamiento y se facilitó la movilidad. No es así.
En mayo de 2019, sin pandemia, las deportaciones y detenciones fueron de 23 mil 126 mexicanos.
Y en mayo del actual, repito la cifra de la USBP, 70 mil 630.
En junio del año pasado las deportaciones o detenciones de mexicanos en la frontera sur alcanzaron la cifra de 27 mil 475 personas.
En junio de este año, 64 mil 854.
Un incremento de 236 por ciento, y 372 por ciento de detenciones y deportaciones de ciudadanos mexicanos, no quiere decir que la Border Patrol ahora sea más eficiente: indica que algo extraordinario sucede en México.
Impresionante, al menos para un país como el nuestro donde el gobierno dice que la gente está feliz, feliz, feliz.
¿Mayo de este año fue un mes atípico? No, no es el caso.
Se trata de una tendencia que va a contracorriente con lo logrado durante los gobiernos mexicanos en este siglo.
Durante los gobiernos de los presidentes Fox, Calderón y Peña Nieto, en promedio, la tasa neta emigración-regreso al país fue de cero.
Incluso, hubo periodos en que regresaron más mexicanos a México de los que emigraron indocumentados a Estados Unidos.
Los números actuales, tan elevados, corresponden a mexicanos que se arriesgan en el río, en el desierto o se apretujan en el cajón de un tráiler, con tal de irse.
¿Por qué, cuando según el gobierno están felices, felices, felices?
Por el crecimiento de la pobreza y la violencia en México.
En agosto se publicarán las cifras de Coneval con el aumento de la pobreza en todas sus dimensiones, y se podrá hacer un comparativo exacto.
Al concluir la administración del presidente Calderón había 11.4 millones de personas en pobreza extrema.
Con el presidente Peña, los pobres extremos descendieron a 9.3 millones.
A reserva de lo que informe Coneval, todas las estimaciones indican que en los dos años de la presente administración, la pobreza extrema aumentó al doble.
Pobreza extrema es no tener para comer todos los días. Pasar hambre.
Cepal indica que la cantidad de pobres extremos en México ahora se ubica por encima de los 20 millones.
El Programa de Estudios para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana señala que la pobreza extrema en México se duplicó. De 7 por ciento de la población en 2018, a 15 por ciento en el presente año.
Así es que la señora Harris no necesita devanarse los sesos para entender por qué el aumento explosivo de la migración ilegal en la frontera sur:
El desastre de los gobiernos en Guatemala, Honduras y El Salvador, sin duda.
Aunque por encima de ellos está el aumento de la pobreza en México.
Y la violencia.
El viernes, Univisión pasó un reportaje desde Tijuana, donde hay campamentos de haitianos y hondureños que quieren pasar del otro lado.
Ahora también hay uno de michoacanos que no pueden vivir en su tierra, por la violencia. Emprendieron el éxodo a Estados Unidos.
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