MIAMI, Florida.- Por lo visto no sólo en México el verbo más socorrido en política es ‘madrugar’. Aquí también.
Y hay malas noticias para la vicepresidenta: al primer aguacero, mostró que tiene la piel muy delgada.
Kamala Harris y Donald Trump van en primer lugar de las preferencias en sus partidos para obtener la candidatura presidencial en 2024.
Antes de que se den las cruciales elecciones legislativas (en noviembre), en los medios ya comienzan a aparecer encuestas y artículos sobre las candidaturas a la presidencia, las posibilidades de cada quien, e invariablemente arrancan con la muletilla: “es demasiado pronto para hablar del 2024, pero…”.
La candidatura a la reelección de Joseph Biden está en duda, pues el día de los comicios tendría 81 años, y poco después de tomar posesión cumpliría 82.
Se ha tomado con cierto escepticismo la versión de la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, en el sentido de que Biden “tiene la intención de postularse en 2024″.
En una encuesta de The Hill/Harris X, Kamala Harris encabeza las preferencias de los demócratas con 13 por ciento, seguida de la exprimera dama Michelle Obama, con 10 por ciento.
Tiempo atrás Michelle Obama dijo que no pretendía una candidatura, por lo que las miradas se dirigen hacia la vicepresidenta. También los ataques.
Donald Trump anunciará su decisión una vez que se efectúen las elecciones intermedias, aunque ya es casi un hecho.
El Día de Acción de Gracias envió un mensaje: “Un momento muy interesante en nuestro país, pero no se preocupen, volveremos a ser geniales”.
Sería un error afirmar desde ahora que Trump volvería sin despeinarse a la Casa Blanca, pues las elecciones las van a decidir la economía y la pandemia.
Además, Trump es el rey en el voto republicano, pero no le alcanza: necesita a la mayoría de los independientes, y no los tiene.
Fox News, la cadena trumpista por excelencia, insiste en que Kamala Harris es un fracaso, y por momentos se ocupa más de ella que de Biden.
Señala en un reportaje de la semana pasada que “una lista creciente de empleados de Harris está renunciando en medio del caos interno y las cifras desastrosas de las encuestas… las salidas son fuego bajo la jefa de personal de la vicepresidenta (que lucha para) mantener a flote el barco que se hunde”.
En efecto, una alta funcionaria de la vicepresidencia, Ashley Etienne, renunció el jueves a su cargo. Ella fue en dos ocasiones jefa de staff de Nancy Pelosi, y funcionaria con Barack Obama en la Casa Blanca.
Kamala tiene malos índices de aprobación, más bajos que los de Biden, pues la sitúan en un 28 por ciento de aceptación.
CNN, a quien nadie podrá señalar de trumpista, publicó hace una semana un artículo demoledor: Exasperación y disfunción: el frustrante comienzo de Kamala Harris.
George Sthepanopoulos, de ABC News, le preguntó a bocajarro si se sentía relegada o desperdiciada por Biden. Ella se rio:
-No, no lo creo-, dijo la vicepresidenta.
Su vocera y asesora Symone Sanders respondió que “algunos en los medios se centran en los chismes, no en los resultados que el presidente y la vicepresidenta han entregado”.
Pero el fin de semana surgió otra novedad: Sanders también renunció y se va en enero.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, salió al quite con un mensaje en redes sociales que sin duda le pidieron difundir:
“Para cualquiera que necesite escucharlo, la @VP no sólo es socia vital para @POTUS, sino una líder audaz que ha asumido los desafíos clave que enfrenta el país, desde el derecho al voto hasta causas fundamentales como migración y la expansión de la banda ancha”.
Al primer aguacero, Kamala Harris mostró tener la piel demasiado sensible, y poca capacidad para controlar daños.