La ineptitud criminal del gobierno de López Obrador seguirá costando vidas inocentes: en el inicio de la temporada invernal México no tendrá vacunas contra la nueva variante del covid, ómicron.
En junio se presentaron las solicitudes para las únicas inyecciones que hay contra la cepa covid-19 JN1, de Pfizer y Moderna, y no se dieron los permisos.
Fue apenas hasta este viernes, 18 de octubre, que se autorizaron.
Lo que hay en el sector público son las vacunas cubana y rusa, que ya no sirven para la nueva cepa. Están obsoletas.
Tampoco se compraron las vacunas contra la influenza y el dengue hemorrágico.
Casi cinco meses pasaron sin darse los permisos solicitados, por ineptitud y porque no hay dinero.
En agosto la Secretaría de Hacienda le recortó al sector salud cerca de 20 mil millones de pesos.
De ahí el más perjudicado fue el Programa Nacional de Vacunación, que pasó de 14 mil 31 millones de pesos a 5 mil 900 millones de pesos para el ejercicio de este año.
No hay vacunas para este invierno, como lo detalla una amplia nota de Christopher Calderón, publicada el jueves en este diario.
Pero, eso sí, la administración que terminó el 30 de septiembre pudo presumir que pagó 77 mil millones de pesos a tenedores de bonos del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México… que no se construyó.
Es una locura tan grande como decir en la mesa familiar: esposa, hijos queridos, les anuncio que ya pagué 77 mil pesos del coche nuevo y ahora debemos menos a la agencia.
-¿Cuál coche nuevo?
-El que incendié.
Más que una locura, es un crimen.
Si quieren vacunas para este invierno, ahí están la cubana y la rusa. Pero no sirven. No importa.
Las que sí actúan contra la variante mortal del covid-19 JN1, Pfizer y Moderna, no tuvieron a tiempo la autorización de Cofepris, que debió darla en junio pasado para que el gobierno federal empezara a comprarlas desde julio y así garantizar el abasto de inyecciones antes del arranque de la temporada invernal.
No hay.
Tampoco hay vacunas contra la influenza ni contra el dengue. Ni permisos ni dinero.
“Nos encontramos en un estado activo de alerta máxima por lo que provocaría un resurgimiento del covid”, informó el presidente de la Asociación Mexicana de Industrias de Innovación Farmacéuticas (AMIIF), entrevistado por Christhoper Calderón.
Ineptitud criminal del elefante burocrático que dejó AMLO, que recibió a tiempo las solicitudes de Pfizer y Moderna, con los estudios de calidad, seguridad y eficacia que exige la norma internacional.
Ahora, si se dan prisa, las vacunas estarían llegando en febrero, cuando el invierno está en retirada. Los muertos, muertos estarán.
“Hay un repunte importante de casos (de covid) y la aprobación sanitaria de las vacunas es el primer paso. Pero si estamos casi a mediados de octubre y ese primer paso no lo ha dado la Cofepris, creo que tendremos las vacunas para febrero, es decir estamos más que retrasados”, señaló la AMIIF.
El paso de autorizar lo dio el viernes. Para vacunas que ya no sirven, ni están autorizadas por la Organización Mundial de la Salud, los permisos salieron rápido.
Tendremos más muertes, y los fabricantes de vacunas clonadas están haciendo un gran negocio.
Según datos de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias, citados en la nota de El Financiero, para el cierre de este año se espera que el mercado de fármacos clonados alcance ganancias por 32 mil 500 millones de pesos.
La propia Cofepris alertó, el jueves, del aumento en la compra-venta de medicinas falsas, clonadas, contra el covid-19 en redes sociales.
Advirtió que “al no contar con registro sanitario en México no se puede garantizar su composición, pureza, seguridad, eficacia ni calidad. También se desconocen las condiciones de fabricación, almacenamiento y transporte, lo que representa un riesgo para la salud”.
Ese mercado negro existe porque no hay vacunas.
Y las que hay no sirven para la nueva cepa del virus.
¿A quién le van a echar la culpa ahora, para liberar de culpa a un gobernante criminal?