Uso de Razón

EU-México, los vecinos se alejan

La diferencia entre lo que destina el gobierno México a enfrentar las crisis sanitaria y económica, y lo que hará Biden, no es un asunto determinado por el tamaño de sus economías.

MIAMI, Florida.- La administración Biden, que asume el poder pasado mañana, va a atacar con rigor el Covid-19 pues piensa que ahí está la fuente de la crisis humanitaria y económica.

También piensa que hay que invertir en apoyos a las personas y a las empresas que son víctimas de la pandemia, para que permanezcan en pie.

El gobierno de México tiene un enfoque distinto, opuesto.

Sin juzgar –eso lo hará usted–, veamos las cifras, que son las que determinan el perfil de un gobierno. Las palabras, por abundantes que sean o por convincentes que se oigan, no importan. Importa dónde pones el dinero.

El gobierno de Biden destinará 400 mil millones de dólares a combatir la pandemia y sus efectos.

De ahí, 90 mil millones de dólares son para apoyar la producción de vacunas, 20 mil millones de dólares para distribuirlas, 50 mil millones para más pruebas Covid-19, y otras cantidades similares para equipo médico, refrigeración, infraestructura, etcétera.

La meta es que en 100 días se pongan 100 millones de vacunas.

Se instalarán miles de centros de vacunación para inyectar a personas de 65 años hacia arriba, maestros, trabajadores de supermercados, grupos vulnerables, y desde luego al personal de salud. Un millón de dosis cada día.

Habrá 350 mil millones de dólares para estados y municipios (condados), sean del partido que sean.

También, un cheque de mil 400 dólares (28 mil pesos) a la mayoría de las familias, y a quienes soliciten apoyo por desempleo se entregarán 400 dólares a la semana.

A las pequeñas y medianas empresas se les apoyará con una bolsa de 30 mil millones de dólares, "para que lo vean con atención nuestros amigos restauranteros", escribió en su didáctica columna del viernes Enrique Quintana, director de EL FINANCIERO.

Así, harán frente al origen del problema y algunos de sus efectos más dramáticos.

El gobierno de México actúa diferente. Reitero: lo que determina lo que un gobierno piensa (su filosofía, voluntaria o involuntaria), es lo que hace y no lo que dice.

De acuerdo con los datos que mes con mes envía la Secretaría de Hacienda al Congreso, de enero a noviembre de 2020 la Secretaría de Salud gastó 12 mil millones de pesos menos de lo programado.

Es decir, en el año de la pandemia no hubo un gasto extraordinario por el Covid-19 en la Secretaría de Salud.

Al contrario, Salud gastó 12 mil millones de pesos menos de lo programado.

El dato, que es una de las noticias más relevantes acerca del manejo de esta crisis, habría 'pasado de noche' si no fuera porque el secretario técnico de la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, Fernando Galindo Favela, lo ha estado publicando en los medios a su alcance.

Hacienda indica en su informe que no sólo la Secretaría de Salud gastó menos de lo programado, sino también el IMSS y el ISSSTE.

En los primeros 11 meses del año, el IMSS no gastó nueve mil 500 millones de pesos y el ISSSTE se abstuvo de gastar 13 mil millones de pesos que estaban programados.

Así, de enero a noviembre de 2020, las instituciones encargadas de controlar la pandemia y atender a los enfermos, dejaron de gastar 34 mil 500 millones de pesos que estaban programados (aún faltan las cifras de diciembre, que Hacienda enviará al Congreso a fines de este mes).

A diferencia de Biden, que destinará 350 mil millones de dólares a estados y condados para hacer frente a la emergencia, el gobierno de México dejó de enviar a los estados 96 mil millones de pesos por concepto de participaciones, en los primeros 11 meses del año pasado.

En cuanto a los apoyos para las víctimas de la crisis, el economista Jorge Suárez Vélez publicó la gráfica de Fiscal Monitor, de Moodys Investors Services, que enlista el comportamiento de 84 países en ese rubro.

De los apoyos otorgados en esos países, de más a menos, México ocupa el lugar 83. El penúltimo.

Sólo Uganda ha entregado menos apoyos que México. Y nos superan países como Nigeria, Gabón y Etiopía.

Con lo anterior quiero decir que la diferencia entre lo que destina el gobierno México a enfrentar las crisis sanitaria y económica, y lo que hará Biden a partir del miércoles, no es un asunto determinado por el tamaño de sus economías.

Son dos maneras de ver el problema y de enfrentarlo. Dos filosofías, por así decirlo. Distintas, contrapuestas.

Esas discrepancias abismales entre los vecinos se reflejan también en los campos energético, ambiental, seguridad, democracia y otros que nos irán alejando cada vez más.

México es (todavía) la duodécima o decimotercera economía más grande del mundo, y su gobierno ocupa el penúltimo lugar en apoyos para hacer frente al Covid-19 y sus efectos en la economía.

Lo anterior no es por falta de dinero, sino por una forma de ver y entender (o de no ver y no entender) al país y sus problemas.

Son los hechos los que hablan.

A la luz de los hechos, es evidente que los gobiernos de México y Estados Unidos, en el mandato de Joseph Biden, tendrán problemas para entenderse.

Consulta más columnas en nuestra versión impresa, la cual puedes desplegar dando clic aquí

COLUMNAS ANTERIORES

La voluntad del difunto
El mundo va a la guerra

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.