MIAMI, Florida.- Esta campaña llega a su fin y la sombra de la derrota cae sobre el presidente, que entre iracundo y desconcertado dice que sólo un "fraude masivo" lo podría vencer.
Ese fraude, dijo esta semana en Pensilvania, está en marcha.
"La única forma en que podemos perder es un fraude masivo. Y eso es lo que está pasando, porque en todo el país lo pueden ver", señaló Trump que, como en el Covid, no acepta la realidad.
El hombre que mejor conoce al presidente, su exabogado y preso por su causa, Michael Cohen, dijo el domingo en NBC que "no habrá transición pacífica del poder" con Donald Trump.
"Las encuestas están manipuladas" por los grandes medios, señaló Trump en un día fatídico, porque no es una ni tres, sino decenas de encuestas que lo dan perdedor en el país y en los estados decisivos.
The New York Times realizó un ejercicio con el promedio de las últimas encuestas, que suelen ser las más confiables:
Si se toman los resultados de las encuestas, Joe Biden obtendría 357 votos electorales y Donald Trump 181.
Si se cuentan los votos electorales solamente de aquellos estados donde la diferencia entre uno y otro es mayor a tres puntos, Biden tendría 326 delegados contra 163 de Donald Trump.
Y si las encuestas son tan equivocadas como en 2016 (quitando ahora el error), Biden tendría 335 votos electorales y Trump 203.
Más al detalle:
Al final de la carrera, Biden llega con una ventaja sobre Trump, en Wisconsin, de 10 puntos en promedio (Hillary tenía cuatro, y perdió por 0.7).
Michigan, otro estado que Hillary perdió por menos de un punto, Biden cierra con un promedio de ocho puntos de ventaja sobre el presidente.
Seis puntos por encima de Trump está Biden en Pensilvania.
En Arizona, Biden tiene cuatro puntos arriba del presidente.
Florida, donde ayer coincidieron en Tampa los dos candidatos, Biden se sitúa tres puntos arriba de Trump.
En Georgia, que hace cuatro años también ganó Trump (igual que todos los mencionados), Biden lo rebasa por dos puntos.
Y en la muy republicana Carolina del Norte, donde hace cuatro años Trump ganó en las encuestas y en los sufragios, hoy está debajo de Biden por dos puntos porcentuales.
A Trump lo van a enterrar 227 mil muertos por coronavirus.
Nunca pudo cambiar la atención pública que está centrada en la pandemia.
Los medios de comunicación no hicieron caso de las invectivas del presidente y siguieron enfocados en el problema nacional número uno: Covid.
Insultó a periodistas y científicos por prestar demasiada atención a la pandemia.
Fueron muchos los distractores que lanzó el presidente para desviar la atención de lo fundamental. Su abogado, Rudolph Giuliani, urdió que había una conexión ucraniana de Biden.
Proliferaron ataques al hijo de su oponente, por supuesto tráfico de influencias.
Sembraron miles de mentiras y de inexistentes complots contra Trump a través de medios de comunicación afines.
Usaron a grupos radicales en las redes para desalentar el voto y no lo consiguieron: ya han votado cerca de 75 millones de personas. Viene récord de participación (hace cuatro años hubo un total de 139 millones de votos).
A Trump lo dominó su odio contra Obama e hizo campaña contra el expresidente, quien se burló de él por todo el país. Lo buleó a placer.
Nada le funcionó a Donald Trump frente a su incompetencia para lidiar con el coronavirus.
Ted Cruz, senador por Texas y figura relevante entre los republicanos, dijo en NBC que "el partido podría estar ante una carnicería de proporciones de Watergate", pues perderían la presidencia y el Senado.
Trump comentó hace dos semanas en Wisconsin que "si pierdo, habré perdido ante el peor candidato de la historia de las elecciones presidenciales". Y siguió con el tema, en Georgia: "quizá tenga que irme del país, no lo sé".
Su pavor a la realidad tal vez se deba a lo que escribió Amanda Carpenter, exasistente de Ted Cruz: "para él es vergonzoso perder con Biden en particular, porque Biden representa virtudes como empatía, paciencia y experiencia, que en el mundo de Trump se consideran como defectos".
Trump no se rinde. Hay un "fraude masivo" en marcha, dice, con la mira puesta en llevar las elecciones a litigio y que la Corte le dé el triunfo.
Y las encuestas "están manipuladas" por los medios, reitera, para justificar el discurso del fraude.
"No habrá transición pacífica del poder", dice su compañero de aventuras políticas y quien mejor conoce sus reacciones: Michael Cohen.
Salvo que Biden lo barra, dice el sentido común.